El Estado premia el invento para filtrar microplásticos en el mar de la ULPGC

La sencillez del dispositivo, su contribución a mitigar uno de los principales problemas de contaminación de los océanos, y la integración en su uso a todos los sectores que trabajan en el ámbito marino y marítimo, hacen del dispositivo de filtración de microplásticos en el mar denominado MuMi, ideado y patentado por Tania Montoto Martínez, miembro del equipo de investigación en Tecnologías, Gestión y Biogeoquímica de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria un invento de excelencia. Así lo ha reconocido la Oficina Española de Patentes y Marcas que le ha otorgado una Mención Especial, en la categoría de Modelo de Utilidad de Mujeres Inventoras, en la segunda edición de los Premios a la Mejor Invención Protegida por Propiedad Industrial, referente en el apoyo a la innovación desde el Estado.

«Este reconocimiento nos hace mucha ilusión a todo el equipo porque MuMi se registró hace dos años y es gratificante ver como sigue dando frutos», indicó la inventora del dispositivo, que ya fue premiado también en 2022, en el marco de la Patents Week celebrada en el Museo Elder, otorgado por la Cátedra Telefónica de la ULPGC a la Mejor Invención del estudiantado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

En este sentido, Tania Montoro tuvo palabras de agradecimiento hacia la Oficina de Protección Industrial e Intelectual de la ULPGC, por el papel que juegan a la hora de poner en valor los resultados de investigación generados en el seno de la universidad. «Para llegar al premio había que registrar el dispositivo, y para registrarlo había que hacer un montón de papeleo. Sin el apoyo y ayuda importantísima de la OPII, y no lo digo por protocolo sino porque es de justicia, no hubiera echado los papeles, porque a los investigadores el aspecto más administrativo nos es tedioso y desconocido».

MuMi se fabrica en impresora 3D, es ligero y se adapta a cualquier tamaño de embarcación

El muestreador para microplásticos en el mar MuMi se fabrica con impresora 3D y puede adaptarse a cualquier tamaño de embarcación, lo que amplía de manera exponencial sus posibilidades de uso. Permite el muestreo acuático de microplásticos de hasta 50 micras de tamaño (el diámetro de un cabello), solventando con ello alguno de los inconvenientes de los sistemas actuales, ineficaces para recuperar microplásticos inferiores a 300 micras debido a la limitación del tamaño de las mallas que se utilizan. Además, este dispositivo facilita la investigación sobre la abundancia y distribución de microplásticos e incrementa las posibilidades de muestreo al solo requerir para su funcionamiento la conexión a una toma de mechero.

Caudalímetro

Otra de las ventajas del dispositivo, es que es un modelo ligero y de tamaño reducido (menos de 50 cm), lo que permite su remolque por embarcaciones de pequeña escala, como las de recreo, pesca recreativa, o turismo náutico. Está fabricado en ácido poliláctico (PLA), un termoplástico biodegradable, mediante impresión 3D y cuenta con varios filtros intercambiables de distintos tamaños. El propio dispositivo tiene integrado un caudalímetro, que mediante el cable de conexión y una pantalla a bordo, permite visualizar el volumen de agua filtrado directamente desde la embarcación y en todo momento. La instalación no requiere ninguna especificación técnica compleja, pudiendo ser utilizado por un amplio rango de plataformas de muestreo. Gracias a su diseño hidrodinámico y su bajo peso, se mantiene a flote durante la navegación y, de esta manera, va filtrando las partículas que se encuentra en la superficie.

La invención permite involucrar a los distintos sectores marinos y marítimos en la lucha contra la contaminación

Para la creadora de MuMi, la clave del éxito del dispositivo es su «sencillez», unido a la oportunidad de aprovechar y fusionar diferentes actividades y objetivos, tales como la concienciación sobre el problema medioambiental del plástico. «Una empresa de avistamiento de cetáceo, por ejemplo, hasta que llega al punto donde se encuentran los animales va recogiendo muestras y contándole a la gente que se embarca con ellos sobre la problemática del plástico. Eso, es un valor añadido para la empresa, para la Universidad que estudia las muestras y para la sociedad en general. La clave al final es eso, juntar a gente que comparte algo en común que, en este caso, es el mar y el interés de conservar una buena salud de nuestros océanos».

Los profesionales que trabajan en el mar y se animen a contribuir a la lucha contra los microplásticos, pueden contactar con el grupo de investigación en Tecnologías, Gestión y Biogeoquímica de la ULPGC para iniciar una colaboración para muestrear los microplásticos con el MuMi. Así lo apuntó la investigadora Tania Montoro, que acaba de leer su tesis doctoral sobre la contaminación por microplásticos. Entre sus conclusiones destaca la importancia de incorporar labores de monitorización y seguimiento en la contaminación marina, y «aprovechar las sinergias entre la ciencia y los sectores profesionales que están en la mar».