Juan Carlos I sale a navegar en el 'Bribón'

El rey Juan Carlos se ha desplazado este jueves al Real Club Náutico de Sanxenxo, desde la residencia de su amigo y anfitrión Pedro Campos, con el objetivo de preparar la regata en la que pretende participar este fin de semana en la localidad pontevedresa y en esas instalaciones ha generado mucha expectación su llegada.

El emérito abandonó la casa a las 11:58 en el asiento de copiloto del coche de Campos y, como en la jornada previa, se limitó a saludar a los periodistas desde el interior del vehículo.

Apenas 2,5 kilómetros, unos siete minutos en coche, separan la casa de Campos del club náutico. Allí ha sido recibido a las 12:15 horas por medio millar de personas que han aplaudido al paso de su vehículo.El rey, visiblemente más delgado, va vestido con pantalón oscuro de náutica, camiseta blanca, chaqueta gris y gorra.

En el muelle ha departido con algunos conocidos y también con niños del club que estaban en una embarcación auxiliar y posteriormente se ha subido al Bribón, la embarcación en la que se entrenará.

La idea del anterior jefe del Estado, de 85 años, es participar en las regatas de preparación para el Mundial de la categoría 6m que tendrá lugar a finales de agosto en el Reino Unido.

Esas pruebas en la localidad pontevedresa están programadas para el sábado y el domingo, con dos días de entrenamiento previos, aunque las predicciones no son muy halagüeñas para el viernes ni para el sábado y la meteorología puede alterar los planes.

Esta es la tercera visita del rey emérito a España desde que tomó la decisión de marcharse a vivir a Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) en agosto de 2020.

En esta ocasión, Juan Carlos aterrizó el miércoles a las 14:00 horas en el aeródromo de Peinador, en Vigo, tras haber viajado en un jet desde el aeropuerto internacional de Abu Dabi.

El rey emérito regresa a España

Su regreso a España ha generado menos interés que las visitas anteriores y han sido más los periodistas que han estado pendientes de él que los curiosos que se han acercado al aeródromo vigués o a la casa de Campos, donde algunos vecinos protestaron por la colocación de unas vallas que dificultaban el paso por la acera y que, posteriormente, fueron apartadas al arcén hasta los instantes previos a la salida del rey. 

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