Espectáculo

El último "hombre bala" de España saldrá disparado en Asturias: "Es adrenalina pura"

Kevin de la Torre es la gran atracción en la carpa del "Coliseo", de visita estos días en Corvera

Kevin de la Torre, el último "hombre bala" de España.

Kevin de la Torre, el último "hombre bala" de España. / RICARDO SOLÍS

Christian García

"Mi vida es el circo. He nacido y vivo del circo. Es una vida totalmente normal, como la de cualquier persona, pero con la diferencia de que yo viajo y cada semana estoy en un sitio diferente". Kevin de la Torre nació en Almería hace 28 años. Como él, sus padres se dedicaban al circo, en concreto al "Coliseo", el cual dirigieron durante casi 30 años, hasta que finalmente él se hizo cargo. Estos días, la explanada de fiestas del concejo, junto al centro de salud de Las Vegas, es el espacio donde se encuentra la carpa blanquiazul del circo, de 35 metros de diámetro y con capacidad para 1.200 espectadores –reducida a 400 localidades en el caso de Corvera–, junto a la docena de camiones en los que la comunidad circense viaja de un municipio a otro.

Hasta el domingo y en el interior de la carpa, De la Torre efectuará su habitual actuación, ataviado con su traje azul y rojo con estrellas, en sintonía con la bandera de Estados Unidos que adorna el cañón de ocho metros de largo desde el que sale disparado unos 25 metros en cada actuación. Pese al riesgo que conlleva cada eyección, el último "hombre bala" de España" confiesa no cansarse nunca de hacerlo. "Es adrenalina pura. Colocarte ahí dentro, salir disparado... No se puede describir, es una experiencia de la que no te cansas nunca", comenta De la Torre, que tras algunas mediciones, ha llegado a superar los 80 kilómetros por hora en saltos de 25 metros como el de Corvera. "En exterior es mucha más velocidad y mucha más distancia", comenta el especialista. Actualmente, el récord mundial de alcance y velocidad de un "hombre bala" data de 1998, obra de David "Bala" Smith, quien sobrevoló 56,54 metros a una velocidad de 112 kilómetros por hora.

La carrera de Kevin de la Torre como "hombre bala" no vino heredada, como prima en el mundo circense, donde los padres ceden el testigo a sus hijos e hijas en sus respectivas modalidades –acróbatas, payasos, malabaristas...–. En su caso, el almeriense descubrió su pasión por el cañón tras su experiencia con Lewis Taylor, anterior propietario del aparato y que trabajó durante dos años en el "Coliseo" durante una gira por Estados Unidos. Tras la retirada del hijo de Taylor, que no quiso continuar con la profesión familiar, el cañón, en funcionamiento desde 1954, debió haber pasado al Museo del Circo de Sarasota (Florida), pero De la Torre le pidió al especialista que le formase y, tras un año, le vio preparado para tener su primera oportunidad.

"Hay que mantenerse tenso y ser consciente de todo lo que va a recibir tu cuerpo. Hay que salir, deslizarse por los ocho metros y preparar la caída en la red", narra el "hombre bala" sobre su preparación para el lanzamiento. Y es que el peligro que supone es real. "Tuve un accidente en el que cometí un fallo, giré mal y la red se rompió". El resultado fueron varias heridas, pero que para un experto como él quedaron en "anécdotas". Para facilitar la maniobra, cuenta con un traje de una licra muy especial que no se vende en España, sino que encarga directamente a Inglaterra, la cual se adhiere al cuerpo para garantizar el deslizamiento, por lo que el material se consume muy rápido, hasta el punto de que tras cada actuación, necesita un traje nuevo. Además, para el cuidado de su cuerpo, requiere de masajes, fisioterapia y cuidar la alimentación para controlar el peso. "El gimnasio es básico, centrado sobre todo en las piernas", desvela.

La vida del circo es muy diferente a la cotidianidad del resto de la sociedad. En el "Coliseo" conviven actualmente 53 personas, de las cuales 32 son artistas de pista y todas ellas viven junto a sus familias en las caravanas, con las que viajan por toda la geografía española. Para atender todas las necesidades de la pequeña comunidad, cuentan con profesionales de diferentes ramas: dos fontaneros para el correcto funcionamiento del agua o las mangueras antiincendios; tres electricistas para gestionar la iluminación y controlar las salidas de emergencia de la carpa, entre otras funciones; un mecánico que garantiza el funcionamiento y realiza el mantenimiento de los vehículos, y representantes, que se adelantan a los artistas para encargarse de la documentación y de las rutas. Junto al resto –artistas, jefes de pista, encargados de la infraestructura...–, conforman una ciudad en la que todo está organizado. Incluso, cuentan con un colegio para garantizar la educación de los hijos de los trabajadores y especialistas.

Por otro lado, los encargados del espectáculo también desarrollan una labor logística y organizativa, en este caso referida al desarrollo del evento. "Nos reunimos tras cada espectáculo y comentamos si se han producido errores con la intención de solucionar el imprevisto", explica De la Torre, que detalla que mientras los directores organizan la programación de las nuevas actuaciones, los artistas trabajan dos o tres semanas con el equipo de coreografía.

Como un motor que arranca y comienza a funcionar, cada participante revisa sus instrumentos y maquinaria en los momentos previos a mostrarse al público. Y es que el "Coliseo" es un circo tradicional, basado, sobre todo, en la capacidad gimnasta o de habilidades de los artistas. Actualmente en España solo quedan 16 circos como este, de los 25 que llegaron a coincidir en épocas atrás. "Somos bastantes menos de los que éramos, y cada vez la cifra es menor. Además, que cubran rutas tan extensas como la nuestra hay muy pocos", señala De la Torre, y es que la compañía, que cuenta con gran presencia internacional –hay miembros de Hungría, Italia, Brasil, Portugal y, sobre todo, España– recorre todo el territorio nacional durante todo el año, a diferencia de otras que trabajan solo durante seis o siete meses.

Durante esta semana, y hasta el domingo 8, la carpa del "Coliseo" permanecerá en Las Vegas, donde los trapecistas, los acróbatas de la rueda de la muerte –cuatro ruedas de nueve metros en movimiento–, los payasos o los malabaristas, además del aclamado "hombre bala", ofrecerán su espectáculo a todos los amantes del circo que quieran acudir para ver un circo "de toda la vida".

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