Este es el dato relacionado con el cambio de hora que siempre pasa desapercibido
El próximo sábado, 28 de octubre, marcará el inicio del cambio de hora de otoño en España, un evento que muchos celebran por la oportunidad de dormir una hora más
El domingo, 29 de octubre, marcará el inicio del cambio de hora de otoño en España, un evento que muchos celebran por la oportunidad de dormir una hora más. Lo que tal vez no se sepa es que el cambio de hora de otoño no es realmente un cambio en sí, sino más bien una vuelta a la normalidad en términos de tiempo solar.
En la noche del sábado al domingo, a las 3 de la madrugada, los relojes se atrasarán una hora, volviendo al horario estándar GMT+1, lo que se considera más acorde con el horario solar. Esto contrasta con el cambio de hora de primavera, cuando los relojes se adelantan una hora y dormimos una hora menos, lo que tiene efectos notables en el día siguiente.
El concepto del cambio de hora tiene una historia que se remonta a varios siglos atrás, con una de las primeras propuestas provenientes de Benjamin Franklin en 1784 cuando vivía en París. Franklin sugirió adelantar los relojes en primavera para aprovechar mejor la luz del día y, en consecuencia, ahorrar en el consumo de aceite de lámparas. Sin embargo, su idea no fue tomada en serio en su momento.
La implementación del cambio de hora no ocurrió hasta principios del siglo XX, durante la Primera Guerra Mundial, aunque en sus inicios fue un proceso caótico con normas variadas en diferentes países. La unificación de los cambios de hora en primavera y otoño se logró en la década de 1980.
Ahorro energético
La principal justificación del cambio de hora es supuestamente el ahorro de energía, al reducir la necesidad de iluminación artificial durante más horas al día. Los beneficios económicos de esta práctica son mínimos, como en el caso de España, donde se estima un ahorro máximo de 6 euros al año en la factura de la luz. Además, los efectos negativos para la salud, especialmente en el cambio de hora de primavera, no justifican los supuestos ahorros.
El cambio de hora en primavera, que implica una reducción en el tiempo de sueño, se asocia con somnolencia diurna, cambios de humor, alteraciones digestivas y aumentos en visitas a urgencias, infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares. A largo plazo, la falta de sueño y la disrupción circadiana también pueden tener efectos negativos acumulativos.
En los últimos años, expertos de todo el mundo han abogado por abandonar el cambio de hora. Aunque existen discrepancias sobre qué horario mantener, algunos argumentan que el horario de invierno, que coincide mejor con el horario solar y los ritmos circadianos naturales, es la opción más saludable.
El cambio de hora de otoño no es un cambio en sí, sino una vuelta a la hora que más se ajusta al horario solar, lo que implica una mejora en la sincronización de nuestros ritmos biológicos. Con esto en mente, algunos argumentan que es hora de tomarse más en serio lo que dicta nuestro reloj interno.
- Los pronósticos de Esperanza Gracia para la semana del 27 de abril al 3 de mayo, signo a signo
- Niño Becerra hace saltar todas las alarmas: el problema en el que España es el líder de Europa
- ¿Eres de los que no hace la cama? Los expertos recomiendan hacerla para conseguir estos beneficios
- La Lotería Nacional cae en Canarias
- Carolina Darias paga en menos de un año como alcaldesa más de 112 millones de facturas pendientes
- Hallan el cadáver desmembrado de una mujer en aguas de Canarias
- Siete décadas y cuatro generaciones: descubre el bodegón que aúna historia y modernidad en Las Palmas de Gran Canaria
- La Policía Canaria localiza en Las Palmas de Gran Canaria a una menor que llevaba tres semanas desaparecida