El servicio de Urgencias del Hospital Insular recupera la normalidad tras semanas de colapso

Después de unas semanas de saturación y colapso, el servicio de Urgencias del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria ha recuperado la normalidad y ya registra la media diaria habitual de pacientes, que se sitúa entre 200 y 220. De hecho, en la mañana de este viernes, los pasillos permanecían libres de camillas. Según informaron desde el centro, fue el pasado jueves cuando comenzó a disminuir la presión asistencial, que había experimentado un pico que ocasionó un nuevo episodio de caos. «Se han derivado enfermos a centros concertados, al edificio anexo al Hospital Juan Carlos I y al servicio de Hospitalización a Domicilio. También se han activado circuitos contemplados en el plan de contingencia para efectuar ingresos lo antes posible», detallaron las mismas fuentes. 

Hay que recordar que hasta el pasado miércoles, los pasillos del servicio se encontraban repletos de pacientes que esperaban por una cama en las plantas de agudos. Y es que el aumento de las infecciones respiratorias como la gripe y el Covid-19, y la descompensación de las enfermedades crónicas en pacientes mayores y pluripatológicos dispararon la afluencia de personas en Urgencias. «Es cierto que el servicio está mucho más descongestionado, pero estamos convencidos de que después de las fiestas navideñas volverá a producirse un repunte», señaló hoy Luis Vega, secretario del Consejo Canario de Colegios Oficiales de Enfermería. 

Una opinión que comparte Octavio Sánchez, portavoz de la Asamblea 7 Islas, que aboga por buscar espacios que permitan crecer al servicio. «El Hospital Insular se ha quedado obsoleto y el área de Urgencias siempre está masificada. La única solución posible es instalar más camas en otros espacios y resolver el conflicto de los pacientes sociosanitarios, porque hay cientos de personas dadas de alta en Canarias que permanecen en hospitales por falta de infraestructuras», aseveró el representante del citado colectivo. A su juicio, el problema de la sobreocupación ha llegado a un momento crítico, por lo que es imprescindible poner en marcha medidas eficaces. «No queremos parches, queremos soluciones reales. De lo contrario, llegará un momento en que los episodios de desborde no darán tregua y se producirán todos los días», alertó Sánchez.  

Por otro lado, el profesional hizo hincapié en la calidad de las instalaciones y en cómo afecta la falta de espacio a los pacientes. «Es lamentable que los familiares de los enfermos no cuenten con una sala de espera y que sea normal ver a personas mayores en camillas en los pasillos. No hay que olvidar que nuestra población está cada vez más envejecida y que todas las personas merecen un trato digno», defendió.

Suscríbete para seguir leyendo