Entrevista

Javier Urra: "La pornografía violenta es causa-efecto de algunas conductas de criminalidad"

"Cuando un niño ve una violencia reiterada hacia la mujer, que además parece que le da placer, eso le confunde", asegura el especialista en jóvenes conflictivos

Javier Urra considera que "prohibir los móviles en los centros escolares es la solución".

Javier Urra considera que "prohibir los móviles en los centros escolares es la solución". / NATALIA KACHMAR

Nair Cuéllar

Doctor en Psicología y Ciencias de la Salud. (1957, Navarra) Es profesor en Pedagogía Terapéutica, dirige una clínica para adolescentes con problemas de conducta. Hoy, a las 9 horas, participará en Palma en los ‘Desayunos de la CECEIB’ con una ponencia titulada: ‘Educación: Hablemos de lo que es esencial»

¿Qué es lo esencial en la educación hoy en día?

Hoy en día y siempre. Educar a la persona para que en el último momento de su vida, cuando va a morir, pueda contestarse ‘mereció la pena’. Yo creo que eso es lo esencial. Ese es el objetivo.

Balears es la comunidad con mayor abandono escolar de España. ¿Qué puede estar pasando?

Habría que estudiarlo. Quizá tienen otras salidas laborales en otros ámbitos, las islas como lugar paradisíaco... Cuando estudiamos este hecho en otros lugares de España, concluimos que los chavales decían: ‘mira, yo dejo a los 16 años de estudiar, me pongo a trabajar, tengo ingresos, me divierto, consumo y ligo’. Esa puede ser una razón. Por otro lado está la educación, que tiene dos aspectos: alguien que consiga motivar, ilusionar, ese es el profesor, y alguien que le ponga ganas, las mínimas por lo menos para empezar. Hay chicos que están poco motivados, se les motiva poco en el hogar y en el entorno. Ahora bien, mi experiencia es que depende de con qué profesor, los chicos se motivan o no. Aunque bueno, también puede ser que haya una sociedad más desilusionada, más desesperanzada. Fíjate que en España casi no se tienen hijos. Es una prueba de algodón, de que la gente no ve mucho futuro ni mucha ilusión en tener hijos, o incluso conflictivo tenerlos.

Los casos de bullying van en aumento. En el archipiélago las actas por este motivo han aumentado en los centros escolares un 50%. ¿Cómo se puede remediar esta situación?

Tengo muchas dudas de que hayan aumentado. Creo que hay más sensibilidad y se detectan más problemas. Cada niño es distinto, la víctima suele tener poca capacidad para defenderse o para crear un grupo que lo defienda. Se siente profundamente acosado, sitiado y a veces sufre mucho. El agresor es alguien que no se siente querido, pero que consigue que se tenga miedo. ¿Cómo se resuelve este problema? Con unos profesores que estén muy sensibilizados y que junto con orientación, tomen las medidas. Las pregunta es, ¿las medidas que hay son suficientes? Lo que suele ocurrir al final es que el niño que es víctima se va a otro colegio y con un poco de mala suerte acaba creyendo que el culpable es él. Por lo tanto, hay que tener mucha sensibilidad, no considerar que es un tema de niños y creo que es fundamentalmente de la escuela y que el fonendoscopio lo tienen los profesores.

¿Por qué sucede esto? ¿Hay algún culpable?

El ser humano es así, no somos angelitos. Bastante socializados estamos, bastante cumplimos. Lo que hay que hacer es seguir evolucionando y poner límites, normas, educar y socializar. Es lo que hace la mayoría de la gente, pero bueno, siempre va a haber sucesos terribles mientras haya seres humanos y sigamos siendo todos los que somos.

¿Prohibir los móviles en los centros escolares es la solución?

Sí.

¿Rotundamente?

Sí. Yo tengo un centro en el que llevamos trece años, con chicos de todas partes de España, un total de 26 muy conflictivos, de 16 a 18 años y nunca ha habido un teléfono móvil. Pero es que las 123 personas que trabajan conmigo, terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales, psiquiatras... Tampoco tienen teléfono móvil, y yo en la universidad, naturalmente, no lo uso, pero mis alumnos tampoco. Y no pasa nada.

¿Por qué prohibirlo?

Porque claramente retira la atención. Esto de hacer tres cosas a la vez, no funciona.

El gobierno está trabajando en un plan para proteger a los menores de la pornografía. ¿Cree que su acceso a ella está influyendo en su comportamiento?

Sí, me parece muy bien que el Gobierno tome cartas en el asunto. Cuando ves una violencia reiterada hacia la mujer, que además pareciera que le da placer, pues a un niño de doce años naturalmente le confunde, porque no tiene criterio. Es cierto que habría que ver cuáles son las características iniciales de los menores, porque cuando ven pornografía, hay unos que se enganchan y otros no, pero está claro que la pornografía violenta es causa-efecto de algunas conductas de criminalidad, sin duda. Yo he trabajado 35 años en la Fiscalía y estamos viendo algunos casos que nunca se habían visto.

En su último libro, La vida íntima, hace referencia al sufrimiento que puede generar el desencanto de ver cómo es el mundo. ¿Qué consecuencias puede tener en los menores?

Consecuencias muy tristes. En mi centro hay muchos chicos que están a disgusto. Lo que no sé es, ¿a disgusto por qué? Si se le pide a la vida que todo sea un parque temático, pues uno se va a desencantar. Por lo tanto, lo de la búsqueda de la felicidad ya es una quimera. Otra cosa es que pueda haber una vida de bienestar y en conjunto muy agradecida a los que nos antecedieron, a los que nos acompañan, a los que nos continuarán. Ahora, a la vida no se le puede pedir más de lo que puede dar. El ser humano es muchísimo más vulnerable de lo que quiere creer. Tenemos que educar y educarnos en la incertidumbre, en la duda... a ser adaptables a lo que venga.

¿Por qué cree que los casos de suicidio en menores se han incrementado? ¿Tendría algo que ver con lo anterior?

La primera causa es el acoso escolar. En segundo lugar, en España mueren más jóvenes por suicidio que por cáncer. Y tercero, muchas veces hay chicos que tienen desequilibrios, hay niños con depresión. A la gente le cuesta creerlo, pero es así, y de la mano de la depresión, viene la desesperanza, y de ahí el riesgo de quitarse de en medio, porque sufren mucho. Otra causa son los consumos, hay chavales que consumen mucho y esto es muy problemático. Es importante, por lo tanto, poner cortafuegos, para que no se llegue hasta ese punto.

¿Suele dar algún consejo a los jóvenes a los que enseña y con los que trabaja?

Yo les hablo y les planteo un concepto muy bonito, que es el ‘tú’. Yo creo que la gente se pone mucho el foco sí misma, entonces esto es muy agobiante. Yo les aconsejo: tú vuélcate en los demás, ayuda, comprométete con una ONG, vete a un hospital donde hay enfermos, cuida a la gente... Ese volcarse en los demás da mucho sentido a la propia vida y los propios problemas se van a volatilizar. Ese es mi consejo.

Suscríbete para seguir leyendo