El profesorado en Canarias demanda un mayor reconocimiento social a su labor

Los docentes estiman que carecen de recursos para garantizar su salud emocional, según una encuesta del sindicato Anpe

Iván Alejandro Hernández

Iván Alejandro Hernández

"Sin usted, sin la mano afectuosa que tendió al niño pobre que era yo, sin su enseñanza y sin su ejemplo, no hubiera sucedido nada de esto”. Tras recibir el premio nobel de Literatura en 1957, Albert Camus le escribió una carta de agradecimiento a su maestro de primaria Louis Germain, en el que le trasladaba que “sin su enseñanza y su ejemplo”, nunca hubiera recibido la distinción. Este gesto de reconocimiento hacia un profesor por parte de uno de los escritores más importantes del siglo XX resalta la importancia del papel del profesorado en la formación de individuos y en el desarrollo de la sociedad en su conjunto.

Sin embargo, en Canarias esta labor muchas veces pasa desapercibida y no recibe el reconocimiento social que merece. Al menos, así lo percibe la mayoría de los 850 docentes del Archipiélago que respondieron a una encuesta elaborada por el sindicato Anpe (mayoritario en el ámbito educativo no universitario). En concreto, el 74,1% contestó que su trabajo no está nada respaldado por la comunidad; un 17,1%, dijo que su función era "poco" estimada y solo un 9% se siente muy reconocido.

La organización sindical recuerda que la necesidad de poner en valor la función docente lleva años planteándose por parte de diferentes actores, no solo por el profesorado; de hecho, rememora que hace diez años se aprobó el Pacto social, político y económico por la educación en Canarias, que recogía entre sus acciones promover el desarrollo profesional y el reconocimiento social del profesorado y apoyarlo reforzando su función pedagógica, social y profesional.

Además, destaca que el Consejo Escolar de Canarias -órgano asesor del Gobierno regional que aglutina a toda la comunidad educativa de las Islas- también ha defendido la labor de los docentes es "esencial para favorecer el desarrollo social y económico", y es preciso "garantizar su reconocimiento del valor socioeducativo de la función docente y trabajar para que el profesorado goce de la confianza plena de las familias y del apoyo real y efectivo de las autoridades educativas".

Falta de motivación

Entre los aspectos que más perjudican el prestigio de la función docente, las respuestas a la encuesta destacan la falta de medidas sancionadoras al alumnado y las familias que agreden o insultan a docentes; el excesivo control y cuestionamiento al profesorado por parte de la Administración; las dificultades para ejercer la docencia derivadas del elevado número de alumnos por profesor; la desproporcionada carga de tareas burocráticas; la insuficiente coordinación entre las familias y el resto de la comunidad educativa y el desconocimiento del trabajo real que hacen los docentes por parte de la sociedad en general .

"Se ha desvirtuado la labor del docente y su propia autoridad bien entendida dentro del propio sistema educativo", lamenta Pedro Crespo, presidente de Anpe Canarias, lo que a su vez provoca un mayor desánimo, que ejerzan su labor "con una baja autoestima y falta de motivación".

Para ilustrarlo más en detalle y de forma comparativa, Crespo expone que en el ámbito sanitario "nadie suele cuestionar un diagnóstico o una receta de un médico", sin embargo, considera que las decisiones del profesorado sí son discutidas, bien por el alumnado o por las familias. "Necesitamos de ese reconocimiento para que se nos respete adecuadamente", añade.

Reducir la burocracia

El presidente de Anpe Canarias explica que el profesorado no solo se encarga de impartir clases, que ocasiones presentan ratios altas, debe prepararlas, corregir exámenes, atender las necesidades del alumnado, con actividades que fomenten la inclusión si se requiere, además de celebrar las reuniones o coordinaciones y elaborar tediosos trámites burocráticos. "La sobrecarga de papeleo hace que tengamos que realizar muchas tareas inútiles. Hay veces que tenemos que repetir informes dos o tres veces", señala Crespo.

El salario es otro aspecto que incide en la valoración o reconocimiento social de los docentes. "Cualquier empleado público, en función de su nivel, tiene un sueldo estipulado. El menor es el del docente. Somos los que menos cobramos a igualdad de titulación y de grupo. Evidentemente, es algo en lo que tenemos que avanzar. Una de las peticiones de Anpe es la equiparación dentro de los docentes de A1 a todos. Es decir, que todo docente sea del grupo A1, porque ahora está como A2", reivindica Crespo. 

Campañas

Pero también enumera otras acciones que abarcan desde la celebración de premios para reconocer la labor de los docentes a que la administración lleve a cabo campañas, pero también enmarcado exclusivamente al ámbito educativo, a través de correos a las Asociaciones de Padres y Madres o con cartelería en los centros educativos. "Es importante difundir lo que hacemos; informar y concienciar de nuestra condición de autoridad pública", remarca Crespo.

Y es que cuando demanda un mayor reconocimiento social, el colectivo docente lo que reclama es, sobre todo, respeto a su labor y que, en parte, eso pueda contribuir a disminuir las agresiones físicas y psicológicas. Como propuestas, Crespo expone que en esta línea se podrían programar charlas informativas dirigidas al alumnado, que las familias se impliquen en la vida del centro como algo externo, darle más importancia a la imposición de sanciones y reducir la burocracia del protocolo. "Un docente no debería pasar por tantos trámites para poder recibir atención psicológica", critica Crespo.

Además, Anpe reclama acciones dirigidas a mejorar el aspecto organizativo, por ejemplo, dando "mayor autonomía y poder de decisión a los claustros, reducir las ratios y permitir que las sesiones de evaluación se hagan de forma telemática, como ya sucede con otros órganos", enumera Crespo. A ello, suma la necesidad de que se fomente la cultura del esfuerzo entre el alumnado. "No todo vale, que crean que pueden pasar de curso sin esforzarse. Eso va muy en detrimento de la formación, tanto académica como para la vida. Las cosas cuestan y hay que esforzarse. Eso debe enseñarse y las normas deben ayudar para ello".

Salud emocional

Un 86,8% del profesorado que respondió la encuesta de Anpe piensa que el Gobierno canario no está proporcionando los recursos necesarios para garantizar su salud emocional del profesorado. Si bien, el 75% califica por encima del cinco su nivel de satisfacción general con su trabajo, en una escala del 1 al 10; el 45% del total lo hace con un 7 o un 8.

"La administración puede ofrecer mucha más formación relacionada con la gestión emocional, como técnicas y herramientas para abordar situaciones de tensión en el aula. Existen cursos de este tipo, pero hay muy pocas plazas y se cubren rápido", expone Crespo. Además de estas acciones, propone que la Consejería de Educación facilite el acceso a la ayuda psicológica y al asesoramiento jurídico.

“La administración puede ofrecer mucha más formación relacionada con la gestión emocional, como técnicas y herramientas para abordar situaciones de tensión en el aula. Existen cursos de este tipo, pero hay muy pocas plazas y se cubren rápido”, expone Crespo. Además de estas acciones, propone que la Consejería de Educación facilite el acceso a la ayuda psicológica y al asesoramiento jurídico. 

Crespo también respalda que se desarrolle y se implante el proyecto piloto de enfermería escolar, que se inició en 2021 en unos 60 centros y en el presente curso ya se han adherido más de un centenar. “Se tienen que ir incorporando poco a poco con equipos de orientación, contar con especialistas y psicólogos clínicos”, añade Crespo. Los resultados de este proyecto se conocerán en junio, en la I Jornada Canaria de Enfermería Escolar.