Patrimonio

Polémica entre Maximiano Trapero y el Cabildo de La Gomera por el silbo

El catedrático y profesor emérito de la ULPGC asegura que la Corporación lo ha vetado de unas jornadas por su postura sobre el lenguaje silbado en las Islas

El Silbo Gomero, lenguaje silbado de la isla de La Gomera. | | LP/DLP

El Silbo Gomero, lenguaje silbado de la isla de La Gomera. | | LP/DLP

I.A.H.

El catedrático y profesor emérito de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) Maximiano Trapero asegura que el Cabildo de La Gomera le ha vetado de unas jornadas en la Isla por su posicionamiento sobre el lenguaje silbado y le ha tildado como «persona non grata». Las jornadas, organizadas por la Agrupación Folklórica Hautacuperche, estaban programadas para los días 28 y 29 de junio en los municipios de Alajeró y San Sebastián de La Gomera para tratar la vinculación de Canarias y Cuba a través de la décima. Según Trapero un «representante» del colectivo le comunicó el pasado 5 de junio que el Cabildo y el Ayuntamiento de San Sebastián de La Gomera que el catedrático no podía participar «por no reconocer el silbo gomero» y, además, se suspendían las jornadas.

Trapero califica como «escandaloso» y «grotesco» tal afirmación, recordando las numerosas ocasiones en las que ha reconocido y ensalzado al lenguaje silbado de La Gomera. En este sentido, cita un informe solicitado por la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Canarias en mayo de 2021 el que considera al silbo que se practica en La Gomera «como un bien de interés cultural propio de su isla, y por tal un bien de interés cultural de toda Canarias, prueba de ello es el título que ha merecido de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, la distinción más alta a nivel internacional.

Trapero interpreta que su veto de las jornadas a las que había sido invitado tiene relación con su conocido reconocimiento como «un bien de interés cultural las otras modalidades de lenguaje silbado conservado en otras islas», especialmente El Hierro, pero también en Tenerife y Gran Canaria. Trapero recalca su posicionamiento sobre el «silbo canario» como un bien de interés cultural del Archipiélago que ha sido utilizado para salvar las dificultades orográficas de las islas.

La Corporación Insular niega que haya declarado persona non grata ni vetado a Trapero

Sin embargo, el Cabildo de La Gomera niega que haya declarado como persona non grata a Trapero ni que haya impedido que acuda a las jornadas. Fuentes de la Corporación Insular defienden que se trata de una iniciativa de la Agrupación Folklórica Hautacuperche y la institución se limita a ofrecer un espacio para celebrarlo en la capital. De hecho, asegura que no le consta que esas jornadas se hayan suspendido y se mantiene la reserva del espacio solicitado, en concreto, el salón de plenos para las 18.00 horas del 29 de junio.

La polémica sobre el reconocimiento de otros silbos viene de lejos y ha generado enfrentamientos políticos, sobre todo, por la defensa desde la isla colombina de que el lenguaje silbado de La Gomera cuando se ha defendido como Bien de Interés Cultural el silbo herreño. De hecho, el pasado mes de febrero la Agrupación Socialista Gomera presentó la proposición no de ley (PNL), «Defensa cultural del silbo gomero», para su tramitación ante el pleno de la Cámara.

El partido liderado por Casimiro Curbelo sostuvo que las iniciativas en otras islas en defensa de un lenguaje silbado propio o de usar la denominación de «silbo canario» contribuyen a «menoscabar y disfrutar del rédito internacional que tiene el silbo gomero» y «pone en peligro cientos de años de esfuerzo de salvaguarda del silbo gomero».

Por ello, ASG demandaba que en la declaración del silbo gomero como Bien de Interés Cultural autonómico se «garantice las medidas especiales de protección que aseguren la salvaguarda patrimonial del silbo gomero como único lenguaje silbado de Canarias, desincentivando y sancionando si hiciera falta las actuaciones contrarias a esta realidad». De esta forma, se trataba también de impedir el reconocimiento del silbo herreño en la misma categoría, cuya tramitación comenzó en diciembre del año pasado. Sin embargo, la Cámara no aprobó esta PNL.

El investigador defiende las modalidades del lenguaje silbado en cuatro islas

Y el 19 de febrero de este año, el Consejo de Gobierno aprobo el decreto por el que el Silbo Gomero pasa a formar parte del catálogo de bienes de interés cultural de Canarias, ostentando la categoría Tradición y Expresión Oral. El decreto recogia que el silbo gomero se remonta a la población prehispánicas, para comunicarse a grandes distancias y vinculado a actividades como la agricultura tradicional, la ganadería y la trashumancia, así como a los rituales festivos, incluidos los religiosos. Para el Gobierno de Canarias, supone es una de las manifestaciones más originales y representativas del Archipiélago.

Trapero da la misma validez a los silbos de El Hierro, Gran Canaria y Tenerife que al lenguaje silbado de La Gomera; según expone, es falso que el primigenio sea el de la isla colombina y los demás, unos derivados, puesto que los cuatro silbos se han conservado de manera autóctona. Por ello, defiende la existencia, sobre todo, de un «silbo canario». Recientemente, Trapero inauguró la actividad del Aula de Silbo de la ULPGC , dirigida por la profesora de Filología Moderna, Traducción e Interpretación, María Jesús Rodríguez, con una conferencia titulada El silbo en Canarias. Y no solo en La Gomera, en el Campus del Oblesico junto al rector de la ULPGC, Lluís Serra, y el Vicerrector de Cultura, Deporte y Activación Social de los Campus, José Miguel Álamo.

Trapero es catedrático de Filología Española y sus líneas de investigación se han centrado en la semántica léxica, en el estudio de la toponimia canaria y de la toponomástica general, en el del léxico guanche, en la literatura de tipo tradicional (romancero y cancionero) y en el tema de la décima y la poesía improvisada en el mundo hispánico, entre otras. También ha recopilado y editado los romanceros de la tradición oral de las siete islas de Canarias, así como de la isla de Chiloé (Chile) y de Cuba. Durante su trayectoria ha recibido numerosos reconocimientos, entre ellos la Medalla de Oro de Canarias (2003), el Premio Canarias de Patrimonio histórico (2017) y el Premio de investigación filológica de la Real Academia Española (2019).

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