No sospeché que el peligro fuese tan grande", afirma con profundo dolor y pena, entre sollozos, Borja A., de 20 años, padre de Sandro A., el niño de dos años que perdió la vida el pasado jueves en un estanque-fuente del complejo deportivo David Jiménez Silva, en Arguineguín.

"Todo esto es una pesadilla", enfatiza el progenitor, que no deja de llorar y de sufrir esta angustia junto a Pino S., su novia y madre de Sandro. Ellos nunca están solos. La familia los acompaña para intentar que la pena sea más llevadera, más compartida.

El padre acude cada jornada al complejo deportivo y al lugar donde falleció su hijo. "Voy todos los días. Pongo flores en ese lugar, en esa fuente donde perdimos a nuestro hijo. Las dejo si no están marchitas; si no, las cambio por otras", explica.

Los investigadores de la Guardia Civil estudian los motivos que llevaron a Sandro al estanque para aclarar lo ocurrido. Borja A. mantiene que su hijo "tenía miedo al agua". Y duda que fuese a buscar a su muñeco, un dinosaurio de plástico, "porque siempre lo tenía en la mano, ni se lo daba a su primo, que estaba cerca de él y no se dio cuenta de lo que pasó".

"Igual resbaló y se cayó en la fuente, para después no poder salir", manifiesta el padre del pequeño. "No hay protección en el estanque, que es profundo, de unos sesenta centímetros. Tiene piedra en los lados. No hay bordillo o algo para agarrarse. El fondo es de plástico y es muy resbaladizo. Cuando caes no puedes salir, como yo mismo comprobé después", relata.

Cuando su hijo cayó no era limpia y transparente. Pero todo ha cambiado. "Ahora la están limpiando y el agua está cristalina, como en una piscina en la que te vas a bañar, en vez de tan sucia y marrón como el jueves", explica. "Es un peligro. Pido y exijo que pongan unas vallas para que no se ahoguen otros niños. El alcalde de Mogán explicó que antes no había pasado una situación de peligro o de queja de algún vecino, pero el peligro y la trampa para los niños está ahí", recalca Borja A., "que se meta él mismo en el estanque para que vea que no se puede salir. Tienen que pasar las desgracias para que se reaccione. Bueno, todavía no han puesto medidas para evitar que se repita otra muerte".

Según el dolido padre, otras fuentes de Arguineguín, como la que tiene forma de cola de ballena, que está en la carretera principal, a la altura de un centro comercial, son diferentes a las tres del complejo deportivo. "Las otras tienen bordillo y tienen un fondo llano que no te hunde en el centro del estanque, como pasó la desgracia", se duele de la mala suerte de su pequeño.

Borja A. niega que estuviera hablando por teléfono móvil y se despistase cuando su hijo se decidió a ir con su primo al estanque. La fuente estaba a menos de tres metros de la puerta de la cancha deportiva donde se encontraba él jugando con los dos niños.

Otro vecino de Arguineguín que paseaba con su hijo se encontró con el dinosaurio flotando y vio un pie del menor en el agua. Rápido llegó Borja. Practicó el boca a boca a su hijo. "Comenzó a vomitar. Vi que movía los ojos y sentí que luego los dientes. Oí sus gemidos, su respiración, cuando estábamos en el centro de salud", rememora con demasiada emoción. Después de que los restos mortales de Sandro fueron llevados al tanatorio de Arguineguín, el viernes, el féretro fue llevado el sábado a la iglesia parroquial y al cementerio parroquial de Pedrazo, donde recibió sepultura. El duelo fue más duro por la cercanía del velatorio municipal con el complejo deportivo donde ocurrió el fatal accidente, a unos 50 metros del estanque. "El alcalde no me dio el pésame, ni a la madre de Sandro, tampoco", lamenta el joven padre. Hoy no faltará con sus flores y se acercará a la fuente, y dejará el ramo y alguna lágrima.