El bebé hallado el jueves entre los residuos de envases que se seleccionaban en una cinta transportadora en la planta de reciclaje de la Cartuja de Zaragoza nació muerto, según la autopsia practicada ayer. En el informe se indicó también que el cuerpo era de una niña que no llegó a respirar en ningún momento. Los forenses tratan de determinar si el aborto fue provocado o espontáneo. La Guardia Civil continúa con la investigación para dar con el paradero de la madre.