Raquel M., la mujer que en la noche del martes ahorcó a su bebé de 18 meses en la localidad mallorquina de Llucmajor, era de Gran Canaria.

La grancanaria llevaba diez años viviendo en Mallorca, adonde se trasladó al conocer al joven mallorquín que se convertiría en su marido y padre de su hija Alicia.

Una discusión por la custodia de la niña parece haber sido el detonante de la tragedia. Tras decidir separarse la pareja, Raquel M.había comunicado a su marido su deseo de regresar a Gran Canaria llevándose con ella a la pequeña. Se tomó tan mal la negativa de él a dejar que se llevara a la niña de Mallorca que optó por una decisión drástica.

Aprovechando la ausencia del marido del domicilio familiar tras la discusión que sostuvieron, la madre se llevó a la niña a un establo, la ahorcó y se suicidó de la misma forma, según ha confirmado la autopsia practicada a los dos cuerpos.

El examen de los cadáveres ha servido para descartar definitivamente la intervención de otras personas en los hechos. Los investigadores de la Guardia Civil dan el caso por cerrado pero continúan tomando declaración a familiares y allegados de la pareja. Trabajan con la hipótesis de que la mujer dejara inconsciente con fármacos a la niña antes de matarla, por lo que desde Mallorca se han remitido muestras a un laboratorio de Toxicología de la Península.