Entre felicitaciones y mejores deseos, el gran protagonista de la jornada del lunes, 24 de diciembre, fue el viento que con su presencia mantuvo en alerta a los servicios de Emergencia de Canarias durante todo el día.

Las incidencias en diferentes zonas de todas las islas fueron numerosas, pero ninguna ocasionó daños personales, aunque sí materiales. Árboles y tendidos eléctricos que caían en vehículos, vallados de obras que se desprendían de su sujeción, letreros publicitarios de grandes dimensiones a punto de desplomarse en la calle, cristales de ventanas que caían en las calles, e incluso evacuaciones de centro comerciales por riesgo de desprendimiento de la cubierta de la instalación.

El fuerte oleaje también ha dañado diversas embarcaciones en en el muelle de Playa Blanca en Lanzarote; así como en la playa de Alcaravaneras de Las Palmas de Gran Canaria. Esta fue la incidencia más destacada debido a que un catamarán pasó varios horas golpeándose contra las escolleras del dique del Club Náutico de Las Palmas de Gran Canaria, hasta terminar destrozado y medio hundido.

El viento comenzó a hacer acto de presencia desde la noche del pasado domingo. En Las Palmas de Gran Canaria, las rachas de viento y el oleaje obligaron a cerrar la circulación del carril derecho de la Avenida Marítima a la altura del Hospital Materno. El vallado situado en diferentes zonas de obras de la ciudad, como es la calle de San Bernardo o la Avenida Mesa y López también se vieron afectados por el siroco, y la caída de un andamio en la calle Rosarito, cercana al Castillo de La Luz, mantuvo en alerta a los Bomberos de Las Palmas.

Las incidencias se repitieron al día siguiente en todo el Archipiélago, pero Tenerife fue la isla más afectada por las fuertes rachas de viento. La mayor parte de los incidentes se localizaron en La Laguna, Tacoronte y Adeje. Todos los percances fueron caída o riesgo de desprendimiento de ramas, árboles, planchas, postes y farolas.

Uno de estos incidentes se produjo tras caer un árbol a la autopista del norte de Tenerife a la altura de Tacoronte, y en dirección a la capital tinerfeña, lo que provocó retenciones de tráfico en la zona.

Además se procedió a la evacuación de forma preventiva de un centro comercial en Adeje debido a los daños ocasionados en la cubierta de la instalación.

Las Palmas de Gran Canaria también se llevó su parte de pequeñas catástrofes. De nuevo el vallado de la Avenida Mesa y López se vio afectado por las rachas de viento, por lo que una unidad de Bomberos se mantuvo en el lugar por prevención. En la calle Puebla, en la zona del Salto del Negro, el tendido eléctrico cayó sobre un vehículo estacionado. Asimismo, en la calle Tunerillas de La Paterna una rama de importante peso se desplomó sobre dos vehículos. Ya por la tarde, los bomberos retiraron un letrero publicitario de grandes dimensiones situado en el tejado de un inmueble de la calle Juan Manuel Durán González, tras desprenderse de su soporte y por el peligro que podía ocasionar su caída a la vía pública.

Pero el incidente más grave lo protagonizó el catamarán de recreo que se pasó largas horas golpeándose contra las escolleras del dique del Club Náutico tras soltarse de su amarre. Finalmente la embarcación terminó semihundida y con graves desperfectos.

También en Telde el viento hizo acto de presencia, concretamente en la Rotonda de El Roque, en la zona del Pinacho. En esta ocasión, ha destrozado un cactus gigante.

Tras la alerta amarilla, que sigue activa hasta el próximo miércoles, el viento en la jornada de este martes, 25 de diciembre, dará un descanso, ya que las predicciones de la Agencia Estatal de Meteorología en Canarias (Aemet) apuntan a una entrada de aire más de norte y con menor intensidad, de flojo a moderado, que irá limpiando la atmósfera a lo largo de los próximos días, si bien el tiempo seguirá igual de seco con unos cielos despejados o poco nubosos y temperaturas sin cambios.