La Geria de Lanzarote cambió ayer súbitamente de paisaje. La caída de una fuerte granizada terminó por cubrir de un manto blanco las tierras de los vinos, abandonando de forma temporal su árido y singular paisaje volcánico.

El paso de la borrasca ha dejado un ‘coletazo’ en Lanzarote, dejando hasta ayer desconsolado a Fuerteventura, que se ha quedado sin su esperada agua a raudales para tratar de calmar la sed de sus campos.

El paso de la lluvia se dejó sentir especialmente en los municipios conejeros de Tinajo y Yaiza, que se vieron sorprendidos por la helada, dejando una estela blanca que fue inmortalizada por muchas personas. Y, especialmente, dejó una estampa peculiar en la Geria.

La borrasca Filomena dejó algunas precipitaciones ocasionales. En el caso de Playa Blanca se han contabilizado en las últimas 24 horas hasta 2,4 litros por metro cuadrado, según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que apunta que en Haría se contabilizaron otros 4,2 litros, que sube hasta los 6,6 litros en Tías, mientras en el aeropuerto se recogieron hasta 6,8 litros, que crece a los 8,2 litros por metro cuadrado en Tinajo, como datos más significativos en sus puntos de control.

Las lluvias fueron, en cambio, prácticamente insignificantes en Fuerteventura. La Agencia Estatal apenas ha apuntado en sus estadísticas de ayer menos de medio litro por metro cuadrado en Antigua, dos litros en Pájara, un litro en el puerto de Corralejo, y casi nada en el pueblo, y 1,7 litros en el Aeropuerto majorero.