Un hombre de 60 años, identificado como Julio H. P., falleció este viernes al quemarse a lo gonzo después de acceder a la vivienda de su expareja, de la que tenía una orden de alejamiento por un caso de violencia de género, tras empotrar su furgoneta contra el garaje en Vecindario. La mujer, de 55 años, y la nuera de esta, de 21, tuvieron que refugiarse en la azotea del inmueble ante el avance de las llamas, que calcinaron dos vehículos, y la humareda, y finalmente fueron rescatadas por dos agentes de la Policía Local de Santa Lucía y uno de la Guardia Civil, que con escaleras y andamios consiguieron acceder desde un inmueble adyacente.

Los hechos ocurrieron en torno a las 15.30 horas en el número 20 de la calle Diego de Ordaz. Un menor de edad fue testigo de cómo Julio H. P. conducía su Nissan Vanette y dando marcha atrás se empotró contra el garaje de la vivienda de su expareja sentimental. Ya en el edificio, utilizó combustible como acelerante que roció sobre los coches y sobre él mismo y se prendió fuego con el objetivo, supuestamente, de acabar con la vida de su exmujer. Al lugar acudieron de inmediato la Guardia Civil y la Policía Local, que comprobaron que había dos personas en la azotea para pedir auxilio debido a la gran cantidad de humo que había y a que el fuego avanzaba entre las paredes.

Las fuentes consultadas indicaron que los agentes utilizaron escaleras y andamios para sacar a las dos mujeres a través de una casa contigua. Ambas presentaban sendas intoxicaciones por humo de carácter moderado, por lo que fueron evacuadas en una ambulancia de soporte vital básico del Servicio de Urgencias Canario (SUC) hasta el Hospital Insular de Las Palmas de Gran Canaria, según informó el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) 112. Los sanitarios del SUC, asimismo, atendieron a un hombre por un traumatismo en hombro de carácter leve, quien decidió acudir por sus propios medios al centro de salud. Además, uno de los agentes del Instituto Armado tuvo que recibir oxígeno por inhalación de humo.

Los bomberos del Consorcio de Emergencias y Seguridad (Cecoes) 112, que en el momento del suceso se encontraban apagando un fuego en una cocina de una vivienda de Ingenio, acudieron en cuanto pudieron hasta la calle Diego de Ordaz para enfrentarse a un fuego que ya estaba avanzado debido al acelerante que el fallecido había utilizado. Ya los recursos habían avisado de que en el interior podría haber una persona fallecida, hecho que se confirmó poco después cuando consiguieron apagar las llamas que calcinaron por completo el Nissan Vanette de Julio H. P., otro turismo, muebles y dos bombonas de butano, además de provocar la muerte de una mascota por asfixia. La virulencia del incendio quedó reflejada en los 18.000 litros de agua que tuvieron que utilizar los bomberos para extinguirlo.

Los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil se hicieron cargo de las diligencias para esclarecer lo ocurrido, aunque las primeras hipótesis apuntan a que Julio H. P. pretendía acabar con la vida de su expareja, que le había denunciado por un caso de violencia de género por lo que un juzgado había determinado imponerle una orden de alejamiento. 

3 agentes para 150 víctimas 

El escaso número de agentes que tiene la Guardia Civil en el puesto principal de Vecindario es un hecho que ya ha denunciado en varias ocasiones la Agrupación Unificada de Guardias Civiles (AUGC). No obstante, para una población de 71.800 habitantes únicamente hay 77 agentes, por lo que hay aún 22 vacantes sin cubrir en una de las zonas con mayor ratio de delitos de la Isla. Esto también se ve reflejado en los funcionarios que son destinados a las víctimas de violencia de género, como la mujer que ayer se encontraba en su casa y vio cómo su expareja, de la que tenía una orden de alejamiento, estampaba su furgón en el garaje de la casa de la expareja y se prendía fuego para acabar con la vida de ella. En este caso, hay tres guardias civiles para atender a las aproximadamente 150 víctimas que hay en el municipio.