El frustrado robo de un expolicía local en Telde: «Buenas tardes, esto es un atraco»

El hombre, ya detenido, amenazó a la dependienta de una peluquería con un cuchillo para que le diera la recaudación

Así fue el atraco frustrado de un expolicía local en Telde

C. A. C.

Eran las 17.44 horas del martes cuando un hombre, ataviado con una gorra y una mascarilla para intentar que no se le reconociera, se paró delante de un local situado en la calle Poeta Pablo Neruda del municipio de Telde. Miró el letrero y, rápidamente, entró, colocándose el sombrero.

En el interior del establecimiento, una peluquería, una trabajadora aguardaba en una mesa, frente a los lavacabezas, mirando su móvil. En ese momento, no había clientes, pero sí un perro, atento a lo que ocurría tras un mostrador.

En el relato de los hechos, el individuo, a tenor de las imágenes de las cámaras de seguridad no muy hábil, sacó un cuchillo de un bolsillo y se dirigió a la peluquera. «Buenas tardes. Esto es un atraco», dijo este ladrón blandiendo el arma. «¿Qué?», le responde la mujer, sorprendida por la interrupción del varón, un hombre de 60 años y sin antecedentes.

Según ha podido saber LA PROVINCIA, el atracador es un expolicía local del municipio, muy conocido en la zona y jubilado hace un año tras más de tres décadas de servicio. Antes de su retiro, estuvo más de un año de baja por problemas de salud.

«Los compañeros están conmocionados porque nadie esperaba nada así», aseguran allegados del hombre con los que ha hablado este diario.

Agentes de la Policía Nacional lo detuvieron el jueves, dos días después del suceso, tras ser identificado. Fue trasladado a dependencias policiales y se le intervinieron las prendas de ropa que llevaba puestas el día de los hechos. Se le atribuye un delito de robo con violencia.

Se da la circunstancia de que el hombre es hermano de otro antiguo policía local, en este caso destinado en el Sur de la Isla, en Mogán, y conocido por las autoridades policiales y la Justicia. El hermano fue condenado en 2021 a más de cuatro años de prisión por delitos de lesiones y tortura contra un inmigrante subsahariano, vendedor ambulante, al que dio una paliza en enero de 2011 a las puertas de un centro comercial. En primera instancia, la pena impuesta fue de siete años de cárcel, aunque el Tribunal Supremo la redujo hace un año.

«El dinero ya»

Pero regresemos al atraco que J. M. trató de cometer esta semana. «Un atraco», insiste él, tal y como se ve en el transcurso de las grabaciones de seguridad. «¿Qué atraco?», pregunta de nuevo la dependienta, casi sin inmutarse. O tal vez sin querer creerse lo que ocurría, en un diálogo más propio de la película 'Dos torpes en apuros' que de un atraco real. El ladrón intenta que la mujer le dé el dinero, se lo pide en varias ocasiones: «El dinero ya. El dinero. Sí, es un atraco».

Pero la mujer, no se sabe si valiente o incrédula por lo que estaba ocurriendo, intenta zafarse del hombre, entre ladridos de su perro, y logra conducirlo a la entrada de la peluquería, convenciéndolo de que el dinero está en un armario detrás de la puerta.

«Cógelo», le pide el ladrón señalando la estantería. «No, cógelo tú», insiste ella, momento que aprovecha para salir del negocio. El ladrón le grita que no se vaya, pero ya es tarde y, en el exterior, se produce entre ambos un forcejeo, aunque a la mujer no le cuesta huir y pedir ayuda en la vía pública. Él también abandonó el lugar de los hechos y, solo 48 horas más tarde, fue detenido.