Los misteriosos asaltos a una boutique de Las Palmas de Gran Canaria: encapuchados atracan la tienda tres veces en una semana

En el último robo, el martes, los ladrones sustrajeron un bolso de 4.800 euros

Los asaltantes van en grupo, encapuchados, y revientan las cristaleras con mazas

Aumentan los robos en la zona de Triana

C. A. C.

La madrugada del martes de carnaval fue la primera vez que unos encapuchados hicieron sonar las alarmas de una boutique situada en las confluencia de las calles Viera y Clavijo y Perdomo, en el barrio de Triana de Las Palmas de Gran Canaria. Rompieron dos cristaleras del establecimiento con mazas y se llevaron todo lo que consiguieron agarrar, en cuestión de minutos, hasta que los testigos los increparon. Huyeron del lugar a la carrera. 

En la zona creían que sería la única vez, que llevándose un botín no se atreverían a regresar a por más, pero estaban equivocados. Desde esa madrugada, la tienda de lujo Bounty se ha convertido en víctima inesperada de una banda de ladrones (se desconoce si siempre son los mismos) en la que los robos se suceden: la han asaltado hasta tres veces en solo una semana.

El último atraco, que fuentes conocedoras del caso califican como «el peor», ocurrió esta semana. Fue la madrugada del martes y, esta vez, horas antes que los anteriores, arriesgándose a poder ser detectados. A la una de la madrugada, de nuevo, el grupo de amigos de lo ajeno reventaron con mazas una de las cristaleras verticales que dan a la calle Viera y Clavijo. El vidrio no es precisamente pequeño: mide más de tres metros de altura pero, en minutos, lograron echarlo prácticamente abajo, haciendo un agujero en el medio de la vidriera; un butrón, como se conoce en estos casos a la técnica empleada.

«Eran varios, como las otras veces, con la cara tapada. A saber si eran los mismos...», dicen testigos de lo ocurrido. El cristal roto, a la espera de que les den presupuesto a los responsables del negocio y el seguro lo apruebe, está tapado con una suerte de láminas o tablas de madera y cartón para evitar que alguien entre por el hueco. «Si es que se puede evitar, porque visto lo visto...», dicen con ironía las personas consultadas por LA PROVINCIA/Diario de Las Palmas acerca de lo ocurrido. 

Las vidrieras reventadas tras el primer asalto

Las vidrieras reventadas tras el primer asalto / Juan Carlos Castro

Al lado de la cristalera atacada en esta ocasión está el cartel de la alarma que tiene la boutique, pero ni eso disuadió a los ladrones. «Fue el peor robo, aunque solo se llevaron una cosa, consiguieron el bolso más caro: un Fendi de 4.800 euros», cuentan. Casi 5.000 euros en solo un par de minutos, en un solo objeto y en una actuación.

Pero cuatro noches antes, la noche del viernes al sábado, ya habían atacado. Fue la segunda vez, desde que este periódico contó el primer atraco la madrugada del martes de carnaval. La banda aprovechó que los vidrieras rotas del primer robo todavía no se habían arreglado y continuaban con una débil protección temporal para volver a romper una de ellas y llevarse lo que podían: un par de bolsos Saint Laurent, como en el primer atraco, y unas deportivas.

Las incógnitas

La primera vez, ese fatídico martes de carnaval, se hicieron con tres bolsos de la misma marca valorados en más de 7.000 euros (solo uno de los sustraídos costaba 2.600). 

En la zona nadie se explica qué está ocurriendo y ya hablan de la misteriosa banda de ladrones de objetos de lujo. «No se sabe si son los mismos, solo que son varios, encapuchados y que actúan igual, rompiendo con mazas los cristales. Pero es raro, contando el del día 13 ha habido tres robos en siete días, siempre en la misma tienda y de la misma forma...», subrayan las personas preguntadas. 

«Lo que no sabemos es para qué los quieren. No van a ir los ladrones con esos bolsos de lujo por Las Palmas, como no sean robos por encargo... No tiene otra explicación», dicen, y añaden inmediatamente: «Eso o que lo hacen por divertimento, si son los mismos, al ver que ya lo han logrado en otras ocasiones».

La Policía Nacional investiga los hechos aunque, por el momento, no hay detenciones al respecto, y mantiene abiertas todas las hipótesis: desde que todas las ocasiones hayan sido los mismos delincuentes y que, a tenor de la práctica, hayan podido robar en más tiendas o, casualidad, hayan sido personas diferentes las implicadas.