Tribunales

El TSJC confirma la condena de 26 años a la mujer que mató a su vecina en La Paterna

La Sala de lo Penal resuelve que la acusada "fue consciente de su actuación y llevó a cabo los hechos con el propósito no solo de agredir hasta la muerte a la víctima sino además de robarle sus propias pertenencias"

Declaración de la acusada en el juicio por el asesinato en La Paterna

Christian Afonso

Benyara Machinea

Benyara Machinea

El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) ha confirmado la condena de 26 años y cuatro meses de cárcel a la mujer que asesinó a su vecina del barrio de La Paterna, en Las Palmas de Gran Canaria, asestándole múltiples puñaladas en su vivienda. La Sala de lo Penal ha desestimado el recurso de apelación presentado por la acusada y ha ratificado en todos los términos la primera resolución del Tribunal del Jurado, que aplicó la atenuante simple de anomalía o alteración psíquica, pero resolvió que la toxicomanía que alegaba la defensa tenía una "escasa relevancia" sobre su voluntad.

La resolución del TSJC recoge que "la apelante fue consciente de su actuación y llevó a cabo los hechos con el propósito no solo de agredir hasta la muerte a la víctima, sino además de robarle sus propias pertenencias, por lo que fue consciente de los hechos que estaba realizando, conocía que estos eran delictivos y aun así los llevó a cabo, por lo que no puede admitirse que sus capacidades cognitivas y volitivas estuvieran total o mayormente mermadas como consecuencia de su prolongada adicción".

El tribunal confirma así el primer veredicto, por el que la acusada fue condenada a 22 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía, ensañamiento y cometido para facilitar la comisión de otro y a cuatro años y cuatro meses de prisión por robo con violencia en casa habitada y uso de arma blanca. Cabe recurso de casación ante esta sentencia, que ha de formalizarse ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo.

La resolución recoge que la relación de vecindad era "fluida y buena" hasta que la fallecida denunció un hurto

La resolución recoge que la relación de vecindad entre la agresora y su víctima era "fluida y buena" y la fallecida ayudaba a la acusada y a sus hijos menores a cubrir sus necesidades alimenticias. Esta relación se enturbió en junio de 2019, cuando la víctima denunció la sustracción de dos electrodomésticos de su propiedad, por lo que la acusada fue condenada por un delito leve de hurto.

El dos de noviembre de 2021, la acusada tocó en la puerta de su vivienda y la agredida abrió sin cerciorarse de quién era. "Una vez dentro y cuando ambas estaban en el salón, la acusada atacó de frente y de forma repentina a su víctima con un cuchillo de cocina de pronunciada hoja puntiaguda, que previamente con disimulo había cogido. Ese primer e inesperado ataque le produjo a la agredida diferentes lesiones no letales especialmente en la cara y rostro, así como otras en las manos al tratar de protegerse. Consiguió zafarse y darse la vuelta para huir, lo que la acusada no le permitió, insistiendo esta última en su inicial propósito y así le propinó con saña diferentes y variados cortes en la espalda, menoscabando su cada vez más maltrecha integridad física y causando un desmedido e intenso dolor a la víctima", confirma la resolución judicial.

62 heridas con arma blanca

La agredida cayó al suelo y la acusada aprovechó, según el tribunal, para asestarle más cortes, especialmente en el cuello y en la parte posterior del tórax, hasta que la víctima falleció. En total, la resolución recoge que asestó 62 heridas, causadas con el arma blanca.

Al terminar, "la acusada procedió a saquear la vivienda y a coger todo aquello de valor que encontró, anillos de oro, cadena y pulsera del mismo metal, así como una videocámara antigua, un teléfono móvil, distintas piezas de ropa y zapatos masculinos, objetos que introdujo en una bolsa de basura", incluyen los hechos probados.

El tribunal resuelve que la acusada "cogió todo objeto de valor" de la vivienda

Cuando trató de salir de la casa, se encontró con la puerta atascada y desmontó el pomo interno, alertando a los vecinos. Llamaron a la vivienda y respondió la encausada, que se hizo pasar por su sobrina diciendo que "su tía" estaba en la ducha, según la resolución. Los vecinos, desconfiados, intentaron abrir la puerta con un escoplo y un destornillador, pero mientras tanto la acusada salió corriendo con los objetos sustraídos.

En su intento de salir del edificio se encontró con un amigo y fue a la vivienda de este último, donde le confesó a su mujer y al hijo de la pareja que había matado a la vecina. En ese mismo encuentro, compró cuatro boliches de crack.