Tribunales

Al banquillo un surfista de 66 años acusado de abusos sexuales a una menor

La Fiscalía pide una pena de seis años de prisión para el encausado por presuntos tocamientos de índole sexual a una niña de 10 años

Ciudad de la Justicia de Las Palmas.

Ciudad de la Justicia de Las Palmas. / Juan Castro

Benyara Machinea

Benyara Machinea

La Sección Primera de la Audiencia de Las Palmas juzga el próximo jueves, 11 de abril, a un surfista de 66 años de Gran Canaria acusado de abusar sexualmente de una menor en 2014, cuando esta tenía 10 años. La Fiscalía pide una pena de seis años de cárcel y una orden de alejamiento hacia la denunciante durante nueve años. El fiscal también interesa, como medida cautelar, que se le prohiba acercarse a la menor o a cualquier lugar donde se encuentre a una distancia inferior a 500 metros, así como de comunicarse por cualquier medio con ella, mientras no finalice el procedimiento mediante una resolución judicial firme.

La menor conocía a A. R. M. porque era pareja de una amiga de su madre y le enseñaba a practicar surf. El día en el que supuestamente tuvieron lugar los hechos no está claro, pero se sitúan en 2014, coincidiendo con las ocasiones en las que la menor se quedaba a dormir en su casa para levantarse muy temprano a coger olas en una playa del partido judicial de Guía.

El Ministerio Público sostiene que A. R. M. "realizó con ánimo libidinoso actos de naturaleza sexual en cinco ocasiones durante cinco fines de semana seguidos". En el primer caso que describe el escrito de acusación, el encausado habría pedido a la menor que durmiera con él en la cama de abajo de una litera. "Metió su mano en el interior del pijama de la menor y empezó a hacerle cosquillas en sus partes íntimas, ante lo cual esta, haciéndose la dormida, se dio la vuelta dándole la espalda al acusado", afirma el documento.

"Lo siento, me ha dado un calentón"

Acto seguido, según la acusación, el encausado "se bajó el pantalón y apretó sus genitales contra la menor moviéndose de forma que simulaba el acto sexual, pero sin penetración" y, cuando paró, supuestamente llevó la mano de la menor hacia su pene y le dijo "lo siento, me ha dado un calentón". El escrito describe que la primera respuesta de la menor fue hacerse la dormida, al igual que en las cuatro ocasiones siguientes.

En los casos sucesivos, "los tocamientos fueron en el sofá en el que dormía la menor, donde el acusado, con ánimo libidinoso, metía la mano por debajo del pijama y le tocaba los glúteos mientras la menor se hacía la dormida", asegura el fiscal.