Hubo temporal y mucho viento, pero este paró a tiempo y por eso mismo anoche algo más de 150 personas pudieron disfrutar de la popular Chupada de la caña dulce en las fiestas de la Inmaculada Concepción de Jinámar. Como ya viene siendo tradicional, el cargamento, compuesto por un total de 1.200 kilos de finos troncos, llegó al barrio procedente de la finca que la familia de los herederos de Pedro Bravo de Laguna Marrero posee en Las Casillas (Mogán).
Un carromato convenientemente engalanado para la ocasión hizo las delicias de los presentes repartiendo el ansiado manjar en pequeñas cantidades para que nadie se quedase sin saborearlo. Con papagüevos y un pasacalles anunciador en el que no faltó la Vitamina Band, los jinameros recorrieron la calle principal del barrio, que conduce a la plaza a través de la carretera GC-100 y calentaron motores gracias a los chupitos de ron y anís que la organización repartió. Anoche, por aquello del viento, se agradeció más que nunca como fórmula ideal para conseguir entrar en calor.
Las dificultades económicas que actualmente se atraviesan no han sido óbice para que el Patronato de Fiestas haya organizado de nuevo un amplio y atractivo programa de actos que vivirá en la jornada del próximo lunes 8 de diciembre su día grande con la feria de ganado y la procesión de la imagen. Será entonces cuando miles de grancanarios tomen el barrio y se den un garbeo por el tradicional mercadillo y los puestos de gastronomía. Tendrán entonces una segunda oportunidad para poder adquirir caña dulce.
