"A mí me tuvo que haber parido una vaca", señala entre risas Julia Martel Caballero. No hay recuerdo en su vida en el que no aparezca una cabra, una ternera o una planta de tomatera. Su vida la ha dedicado por entero al mundo agrícola y ganadero y por eso el Ayuntamiento de Telde le rendirá un sentido homenaje el próximo 15 de octubre. Durante esta jornada se celebra el Día Internacional de las Mujeres Rurales y ella, a sus 47 años, representa mejor que nadie esta figura en la Ciudad de los Faycanes. Vive en una pintoresca casa cueva del pago de La Solana, perteneciente al barrio de Cazadores. Desde las seis de la mañana hasta bien entrada la noche realiza una loable labor con la que se gana la vida.
Asegura, de hecho, que la exigencia de su trabajo no le permite "calentar la cama" puesto que tiene que desarrollar múltiples tareas que le recortan el descanso. "Da para vivir, pero no para ponerse rico", afirma una mujer que además del trabajo diario que acarrea el ordeño, alimentación y limpieza de las camas de sus más de 200 cabras, siete machos cabríos y nueve vacas, se encarga de las labores del hogar y del cuidado del mayor de sus cuatro hijos, afectado por una enfermedad del sistema nervioso. Pero no es lo único. Martel sembrará próximamente dos hectáreas de cereales y leguminosas tras realizar una concienzuda selección de las mejores semillas para conservarlas para la cosecha. En 2010 recibió ya el galardón Sabios de la Tierra por parte del Cabildo y toma este reconocimiento con humildad y mesura. "Me llevé una sorpresa y les dije que mejor se lo dieran a otro. Además, ¡no tengo mucho tiempo para fiestas!", esgrime con gracia.