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Entrevista a Joel Angelino

"Niños y sus padres eligen el final de la obra en el escenario"

"Mezclamos la realidad con la historia para que las familias participen con diferentes papeles dentro de la obra", asegura el actor de teatro, cine y televisión

¿Cómo empezó en el teatro?

Empecé en Cuba haciendo teatro aficionado cuando era pequeño, a partir de ahí estudié en la Escuela Nacional de Arte y terminando la escuela hice la película Fresa y chocolate. Después hice el monólogo que originó la película, uno que estrené en el año 90. Luego me fui de gira. Un año estudiando en París, en Suiza, Venezuela, Bélgica, Holanda y así hasta 15 países.

¿Cómo llegó a Canarias?

Llegué porque en un teatro de Suiza donde estuve una temporada tuve un mánager que me trajo a trabajar al teatro Guiniguada cuando era un cine, hace unos 20 años. A partir de ahí comenzó el vínculo con Canarias. Me siento muy bien aquí porque la mentalidad es muy como la de los cubanos y la gente es muy próxima y tierna, me encanta la manera de arropar que tienen los canarios.

Háblenos de la obra que estrenará este domingo en Telde.

Es la historia de un circo que va a cerrar sus puertas por la crisis, donde los niños son los protagonistas y tienen que salvarlo. Para mí, lo fundamental es la participación de los niños, un teatro interactivo donde los padres también intervienen. Mezclamos la realidad de la sociedad actual con la historia para que el niño participe con diferentes papeles en la obra. Esta participación es nuestra filosofía, porque los menores están ansiosos por estar dentro del espectáculo. Además, incluimos canciones tradicionales de los payasos de la tele, para la diversión de todos.

¿Habrá música también?

Sí, no sólo hacemos teatro. Contamos con una persona que nos ayuda, porque somos actores que cantan, no cantantes. Serán temas muy conocidos como Susanita tiene un ratón, La Gallina Turuleca u Hola Don Pepito, una ayuda para que los padres se suelten y los niños se diviertan y participen.

¿Se subirán al escenario?

Intentamos que todos suban. Con ellos estaremos El señor Pompadur que es un avaro, en zancos, muy grande al que todos temen; un payasito, que lo hago yo; una señora loca que va a todas las funciones del circo y es la que organiza todo para que no se cierre y va subiendo a los niños al escenario; y una marioneta que no quiere ser manipulada, ni que utilicen más sus cuerdas y vivir en libertad. Siempre utilizamos esta y otras paradojas para enseñar a los niños valores, aquí la necesidad de ser uno mismo.

¿Cree que los pequeños sabrán desenvolverse en escena?

Sí. Estaremos con ellos y les indicaremos la manera de hacer los personajes. Además, después de la función vamos a hacer un taller de iniciación para niños y padres. Tiene un coste de 5 euros, dura 40 minutos y los participantes se inician dentro del teatro con ejercicios de ritmos y de desinhibición, entre otros. Unifica todo el trabajo, une los lazos afectivos entre el menor y el familiar que lo acompaña. Ven al adulto participar y hacer el ridículo y les gusta, pierden el miedo.

Sus historias se basan en el mundo real, ¿con finales felices?

Un final feliz que los niños deciden. Los dejamos abiertos y que sean ellos, con sus padres, sobre el escenario, los que elijan. En este caso, si no participan, el circo cierra. Lo importante es la participación, que se sientan unidos por el teatro y la música. Hoy en día los niños están muy pegados a la PlayStation y es necesario inculcarles el juego, el sentido lúdico y que los padres participen con ellos. Es un teatro familiar donde ellos deciden, una llamada al niño como ser humano adulto que tiene que buscar maneras para interpretar un personaje.

¿Cree que se le da a los actos culturales infantiles la importancia que merecen?

Creo que, a veces, las instituciones se gastan dinero en espectáculos que no tienen que ver con el espectador y se olvidan del público y el ansia de los niños por participar. Pero quiero resaltar las ayudas desde el Gobierno de Canarias. El proyecto Canarias Crea y la Dirección General de Cultura nos permite traer a los actores desde Tenerife, nos ayuda para poder movernos entre Islas, y es un apoyo importante. Dependemos del público y cuando los espectáculos funcionan la gente se va identificando con el trabajo que haces y vuelven.

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