Cuando Rubén Santana, más conocido como Pitu, era pequeño ya apuntaba maneras como humorista. De forma innata y brillando con su forma de hacer arte salida del corazón y sin haber recibido aún formación, era capaz de llenar su barrio, Las Remudas, de risas y sonrisas en cada esquina. "Hacía espectáculos imitando a los vecinos, siempre haciendo el payaso", señala el ahora actor y director de la murga Los Nietos de Sary Mánchez. Así, tanto él como aquellos que lo han acompañado a lo largo de su vida saben que está hecho para subirse a escenarios y dejar satisfecho a un público que lo ha coronado como el rey de las carcajadas y la interpretación.

En el momento en el que Santana sale en escena su alma ilumina su cara. Sabe que ha nacido para el mundo del espectáculo y aunque sus estudios como educador social le han hecho pasar cinco años trabajando en Lanzarote y reafirmar que es la profesión que más le gusta, regalar humor y el Carnaval llenan su ser. No hay nada más gratificante que dedicarse a la vocación que a cada cual le toca y este actor lo experimenta cada día.

Empezando por el principio, recuerda que "desde chiquitito" está metido en el mundo murguero, "porque mi padre fue presidente de las murgas de Telde", cuenta con orgullo. Asimismo, asegura que posee vídeos y fotos en los que se ve, siendo sólo un niño, en los concursos de esta modalidad de las carnestolendas "incluso en el Estadio Insular".

Sus inicios carnavaleros

Ahora, con 30 años y la purpurina más metida que nunca en su cuerpo, es el director de la agrupación que ganó este año el certamen murguero de la capital grancanaria. Hace tres que se inició de manera formal en este mundillo y, desde entonces, ha sido el encargado de dirigir a sus compañeros sobre el escenario. "Cuando me lo propusieron, desde el primer día, me puse muy nervioso porque no tenía experiencia como tal y no estaba seguro de si sabría hacerlo, pero al final, gracias a los murgueros y su ayuda y a lo poco que sabía fue sobre ruedas", añade.

Son muchos los que entienden de este concurso y lo han calificado como uno de los mejores directores que hay actualmente en el festejo. Sus expresiones, su forma de moverse sobre el escenario, su soltura para dirigirse al público y su forma de hablar en escena captan la atención de la mayor parte de la gente que lo ve. Aún así, Rubén Santana se sincera y garantiza que no le gusta "cuando dicen que lo hago bien porque soy actor, porque cuando soy director me sale de dentro y es algo que hay que sentir para defenderlo bien". Además, reafirma que los mejores en este campo son los que "viven las murgas desde pequeños" y que "aquí no se puede actuar".

Donde sí interpreta y además de todo corazón y con los cinco sentidos puestos, es en la otra cara de la moneda artística que lo acompaña. Este teldense pertenece también a Impro Canarias, un grupo creado para hacer reír a través de las improvisaciones teatrales que semanalmente aglutinan a espectadores con ganas de pasar un buen rato siempre con el humor como principal protagonista.

Con la desenvoltura que lo caracteriza y que sólo cuando es innata sale tan bien, se lleva al público al bolsillo con su manera de transformarse en una máquina productora de carcajadas la mar de sinceras. Cumpliendo tres años en la compañía humorística, ha pasado por teatros y todo tipo de marcos en la Isla, aunque su cita habitual la tienen él y sus compañeros en El Bambalinón, un local de la capital que se ha vuelto conocido por jolgorios de este tipo que no dejan indiferentes.

"Me encanta estar sobre un escenario, ver a la gente disfrutar y experimentar la conexión que se crea con ellos, algo que se consigue ensayando mucho", cuenta Santana mientras puntualiza que comenzó a estudiar teatro hace ocho años, formando parte de la Escuela de Actores de Canarias. "Aún así, no llego a vivir de esto ni a dedicarme a ello de forma profesional, sólo lo compagino con mi trabajo", fija.

Y este consiste, actualmente, en prestar sus servicios como asesor en el Carnaval de Telde. De esta forma, trabaja para dar a los teldenses unas carnestolendas para no olvidar. "El Carnaval del municipio siempre es especial y llevamos su nombre por donde vamos y como se merece", explica, a la vez que asegura que los de su localidad esbozan una sonrisa cuando piensan en los méritos de su murga. "Además, como este año los Carnavales de Telde son los últimos, terminamos en casa y es genial, porque sabemos que nos esperan como grandes, algo que les devolvemos con cariño y canciones", agrega.

Así, la victoria de esta agrupación de Telde ha sido más valorada que nunca. "Hemos tenido muchos problemas internos y estuvimos a punto de no salir, pero gracias a nuestra unión y a un gran sacrificio lo conseguimos y ha valido mucho la pena", afirma el director. Por otro lado, determina que la ausencia de "malos rollos" entre ellos, los pocos ensayos "y las ganas de estar juntos y querernos" es la clave de sus éxitos.

Para Rubén es imposible elegir entre teatro o Carnaval. "En el primero interpreto más y en el segundo siento el doble", cuenta, muy seguro de que ha nacido para lo que hace, esto por lo que mejora cada día con intención de hacer que las carcajadas y la emoción crezcan junto a él.