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La abuela de Yurena López asegura que le arrojaron aceite hirviendo

Carmen López acude al juzgado para certificar ante un médico forense sus heridas

"Me dijo que me asomase al patio, que tenía que pedirme un favor", relató Carmen López, abuela de la joven asesinada por su pareja el año pasado en la localidad de Lomo Magullo, sobre lo que ocurrió antes de que uno de sus vecinos -familiar directo del asesino confeso de su nieta, Yurena López- le arrojase un caldero de aceite hirviendo por encima el pasado 16 de octubre. "Salí a la terraza para ver lo que quería y no sé cómo pude llegar a girar la cabeza tan rápido, pero menos mal porque sino me hubiera dado el aceite directo a la cara", explicó la señora, que posee en el cogote, en los dedos de la mano derecha, en la parte superior de la espalda y en ambos pies visibles marcas por las quemaduras.

López, acompañada de miembros de los colectivos Frida Kahlo y A ti mujer, tuvo que asistir ayer al juzgado para ser reconocida por un médico forense, paso que debe llevarse a cabo para certificar las heridas antes de celebrarse una posible vista por la denuncia que realizó contra su agresor.

"La han visto y valorado positivamente, aunque hay que esperar a que redacten el informe para el juez", aseguraron fuentes cercanas a la familia, que llevan un año denunciando el acoso continuo que sufren por parte de diferentes parientes de Ayoze R. G. "Lo conocemos de toda la vida", señalan sobre el agresor de la abuela de Yurena, que vive en el piso superior al suyo. "Siempre ha sido algo problemático porque sufre de una enfermedad mental y, aunque nunca había hecho daño físico a nadie de la comunidad de vecinos, ya hay varias quejas por los sustos que se han pegado con él", explican conocidos de los familiares de Carmen López.

Tirar bolardos dentro del edificio, muebles por la ventana e, incluso, muchos afirman haberle visto pasearse con un machete por la calle. "Los vecinos están asustados, y lo que está claro es que él necesita tutela y vigilancia porque no puede estar solo; no se sabe lo que puede llegar a hacer", señalan con incertidumbre.

Por otro lado, su hija, Lidia Henríquez, asegura que "vamos a denunciar a la doctora que atendió a mi madre por sus quemaduras, la misma que trató el cuerpo de mi hija cuando fue asesinada". "Faltó al código deontológico, ya que intentó justificar la agresión de mi madre con que el chico estaba enfermo y no me parece bien; además, no activó el protocolo de asistencia sanitario y le negó a mi madre ser atendida por un psicólogo después de haber sufrido un ataque como ese", explicó incrédula Henríquez, que organizó ayer ante las puertas del juzgado de Arucas una manifestación para protestar contra el desamparo legal de las familias de víctimas mortales.

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