El Oro de risco crece y pervive en las laderas de Telde. Esta especie autóctona de las Islas Canarias está en peligro de extinción y solo crece en las tierras altas del municipio. Para encontrar una solución a la desaparición del endemismo, el área de Medio Ambiente, dirigida por Álvaro Monzón, ha emprendido junto al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno regional un plan de recuperación en la sección de especies prioritarias para Europa y la Red Natura 2000. Ahora, en 2019, unas 209 nuevas plantas brotan y trazan una pequeña esperanza por su supervivencia en el Campo de Volcanes de Rosiana y otros parajes de la región.
El concejal asegura que estas actuaciones medioambientales tienen como objetivo "garantizar la conservación de la especie y facilitar un estado de conservación favorable". No obstante, este es un trabajo de largo recorrido que se remonta al año 2015.
En aquel entonces, se realizaron plantaciones experimentales para aumentar el número de especies en la zona de Lomo Calasio con 63 ejemplares, y en las existentes del barranco del Troncón con 44 semillas -había tan solo un ejemplar natural- y en el barranco de Cernícalos con 102 unidades -donde existía 10 ejemplares naturales-.
En total, 209 nuevas plantas que se reprodujeron y aumentaron con la instalación de aislamientos transitorios que implementaran a la planta en el medio. La protección es una malla metálica electrosoldada de una longitud de 1,5 m y 3 redondos corrugados, un tipo de hierro. Era enterrado a unos 10 centímetros de profundidad de forma manual y el conjunto es cosido por medio de alambre galvanizado. Así se evita el daño de los diferentes herbívoros a la planta. A medida que la altura del Oro de risco aumenta, se retiran los cubículos puesto que ya es suficientemente resistente en el entorno.
La culminación de los brotes ha sido seguido por los técnicos municipales, con atención especial a las del Campo de Volcanes de Rosiana "que quizás sean las más delicada y las que corren más riesgo de supervivencia", apunta Monzón. El próximo reto es contactar con el departamento de Biodiversidad del Gobierno de Canarias para continuar con el Plan de Recuperación iniciado hace cinco años y lograr que Oro de risco deje de estar clasificado como en peligro crítico de extinción en el Libro Rojo, el inventario escrito por la organización Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Damián Da Silva, biotecnólogo especialista en especies vegetales por la Universidad Autónoma de Barcelona, apunta que el fin de la conservación no es solo tratar a una especie en concreto "sino también sus interacciones tróficas puesto que juega un papel en el ecosistema que se encuentra, como para los hongos de sus raíces, la protección para insectos autóctonos o la alimentación de otros animales". Asimismo, hay tres niveles de sofisticación, según la financiación disponible: "El estudio clásico de campo, que es el más importante; el cultivo in vitro, para producir mucha planta en poco tiempo; y el estudio genómico, que te dice el estado real de la especie e igual algunas pistas para complementar el trabajo de campo". Pasos seguros y un trabajo arduo para que perviva la flor amarilla.
