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Telde

La vida bajo una nasa

El fondo marino de Tufia acumula un centenar de kilos de basura v Los submarinistas señalan plásticos, metales, redes y ruedas de coche

La vida bajo una nasa

La vida que se desarrolla bajo el mar es para la mayoría un misterio, pero los submarinistas conocen por lo menos una parte. Sumergiéndose en las profundidades, los miembros del club de buceo Henrisub han podido comprobar la suciedad de los fondos marinos de la playa de Tufia, en donde se acumula un centenar de kilos de escombros desde hace más de un año. Plásticos, ruedas de vehículos e incluso una nasa conviven con la fauna marina.

La vida en las profundidades marinas es un misterio para la mayoría de personas. Y en muchas ocasiones lo que no es visible para los ojos terrestres, parece no adquirir valor. Pero sigue ahí. Las personas que tienen por afición o deporte el submarinismo conocen por lo menos una parte de la actividad que se produce en los fondos oceánicos.

Los miembros del club de buceo teldense Henrisub han podido comprobar que en la playa de Tufia la fauna marina convive desde hace bastante tiempo con elementos artificiales que no casan con el entorno natural. Por lo menos un centenar de escombros han quedado estacados en la superficie submarina de esta pequeña cala del municipio, según indica Gonzalo Henríquez, presidente del colectivo.

Garrafas de agua, latas de refresco, ruedas de vehículos o incluso una red de nasa de pesca. Los objetos que han quedado acumulados permanecen en este espacio desde hace más de un año. “No se hace una limpieza en esta zona desde principios del año 2019, por lo menos”, asegura el dirigente de la agrupación deportiva, que se introdujo con algunos compañeros en estas aguas hace apenas unas semanas. Según señala, la cantidad de objetos que hay bajo el mar no pueden ser recogidos por los propios submarinistas, ya que se encuentra a varios kilómetros de la costa y es imposible arrastrarlos hasta la orilla. “Perderíamos el oxígeno por el camino”, explica.

En este sentido explica que sería necesario una embarcación para descargar todo el material desechable, por lo que las instituciones tendrían que organizar una actuación. “Nosotros cuando encontramos pequeños objetos los recogemos y guardamos en los bolsillos, pero en Tufia hay bastante elementos de gran tamaño”, asevera. Además indica la urgencia de sacar parte de la basura con la mayor rapidez posible por el daño que causan a las especies marinas, como pueden los neumáticos. “Hay una nasa bastante grande también, pero he consultado a varios expertos y no todos están de acuerdo en que lo mejor sea extraerla del agua porque puede haberse generado vida microscópica alrededor”, señala.

“Nosotros no somos conscientes, pero objetos como las ruedas de vehículos están hecho con materiales contaminantes que poco a poco van degradándose; esas sustancias pueden pasar a la arena o a los sustratos del agua y muchos organismos se alimentan de ellos y en algún momento eso también nos puede llegar a través de la cadena alimenticia”, explica Leonor Ortega, doctora y licenciada en Ciencias del Mar.

La vida bajo una nasa

Por otro lado, asegura que en el caso de objetos como las nasas la visión puede ser distinta. “Aunque sigue siendo un armazón de metal que durante su degradación pasa a formar parte del medio, no está tan mal visto porque creas una superficie sobre la que se adhieren microorganismos que después atraen a peces”, sostiene, aunque explica que estos mecanismo se sustentan cuando se producen en zonas donde no hay sustratos suficiente. Sin embargo, defiende que si este no es el caso lo único que son al final es artilugios humanos que contaminan. “En Tufia hay muchas rocas, tanto a pequeña como grandes superficies rocosas donde se desarrollan estructuras de fondos”, añade Ortega para indicar que la nasa puede ser retirada sin ocasionar problemas para la fauna.

De hecho la presencia de este artefacto puede ser incluso peligrosa para los buceadores. Las corrientes pueden moverlo y romperlo, lo que podría causar accidentes para las personas que naden por ahí. Sobre todo si se encuentra a pocos metros de profundidad. Henríquez defiende que es necesario ejecutar una actuación en la zona para garantizar la protección de los peces, aunque asegura que aún hay bastante actividad marina. Asimismo, desde el área de Playas del Ayuntamiento admiten que no se han organizado campañas de limpieza en el último año en este espacio por las circunstancias alrededor de la pandemia. Aún así defienden que no tenían conocimiento al respecto, pero se mantienen predispuestos a colaborar con los clubes de buceo o colectivos medioambientales para revertir la situación.

En la imagen principal, un pez nada alrededor de una gran estructura de metal anclada entre las rocas del fondo de Tufia. Abajo, un rueda neumática en la superficie arenosa, envuelta en un cama de algas tras el paso del tiempo bajo el mar. |

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