La directora del Instituto Canario de Igualdad del Gobierno de Canarias, Kika Fumero, lleva décadas trabajando por la igualdad de género, la prevención de la violencia contra las mujeres y los derechos de las personas LGTB. Reconoce que se han conseguido grandes avances, pero que “cuanto más se avanza, más reaccionario se vuelve el sistema y hace de termómetro. Tenemos que estar ojo avizor porque el lobo está ahí, y ya no está con piel de cordero, aunque agradezco que esté destapado. No podemos bajar la guardia y tenemos que mostrarnos más juntas que nunca, ya sea en las redes sociales como en los medios de comunicación, expresando continuamente el mensaje del feminismo y la igualdad”, asegura.

Por esa amplia trayectoria como activista y especialista en temas como la coeducación, la diversidad afectivo sexual y de género, y las políticas de igualdad, la Casa-Museo León y Castillo de Telde la ha invitado hoy, a participar en el ciclo denominado Más que musas. La mujer en la cultura en Canarias.

Kika Fumero (Santa Cruz de Tenerife, 1975) es consciente de las reacciones negativas que produce el feminismo en algunos hombres y mujeres, con partidos políticos que niegan la violencia de género y que haya desigualdad. Reconoce que ha habido grandes avances en los últimos años, pero que aún queda mucho trabajo por hacer. “Tenemos una Ley de Igualdad y una Ley de Violencia de Género que no tiene un régimen sancionador porque violan esas leyes y no pasa nada, salvo que cometas un delito. Los libros de texto, las clases y los contenidos están llenos de faltas a la Ley”, explica.

Desde que llegó al cargo en 2019, reconoce que hubo cambios simbólicos importantes. Entre ellos, el Protocolo de Actuación Institucional del Gobierno de Canarias en caso de asesinatos de mujeres, víctimas de violencia de género. En este documento aparece la palabra feminicidio, con todas sus letras, explica, y deja claro que se trata de un Gobierno feminista, que quitó los minutos de silencio cada vez que hay un asesinato y lo sustituyó por un minuto de repulsa y la lectura de un manifiesto por parte del presidente.

Entre otros cometidos desde su arribo al Instituto, su labor fue “llenar la casa, porque estaba vacía”, además de trabajar para mejorar y aumentar los recursos para víctimas de violencia de género, generando reglamentos que regulen esos recursos. También ha creado el área de coeducación para que todas las campañas que generan se conviertan en recursos didácticos que lleguen a las aulas, y trabaja en la transversalidad, para que las partidas del Gobierno de Canarias tengan perspectiva de género.

Además, trabaja en la firma de convenios para ir de la mano con otras áreas como Educación, pero también con las farmacias como agentes sociales y sanitarios. De hecho, un acuerdo con las farmacias permitió poner en marcha la iniciativa Mascarilla-19, que se convirtió en un código de salvación para las víctimas de la violencia de género durante el confinamiento. Tuvo tanto éxito que el Consejo General del Poder Judicial hizo una recomendación pública del uso de Mascarilla 19 y ONU Mujeres ha destacado la importancia de esta acción en un informe reciente. Además, se reprodujo en Australia, Canadá y países de Latinoamérica y África.

Fumero destaca también el convenio firmado con RTVC para que haya una figura única y exclusivamente dedicada al tratamiento de la información y la comunicación en igualdad. Se trata de una acción que quiere extender al resto de medios de comunicación, pero tenían que ser el ente público en primer lugar para dar ejemplo.

Por último, destaca el convenio que está a punto de firmar con el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) que agrupa las asociaciones con discapacidad. “Todo lo que generemos tiene que tener una mirada interseccional, es decir, para todos los cuerpos, todas las edades, todas las etnias, todas las orientaciones sexuales, para mujeres rurales y urbanas, y con discapacidad, porque tenemos que reflejar el conjunto de la sociedad, si no, ninguna acción es válida”.

Cuando concluya este compromiso, que aún no sabe cuándo será, asegura que le gustaría haber dejado una semilla que pueda continuarse y pueda mirarse al espejo y decirse que lo que hizo, lo hizo lo mejor que ha podido, informó ayer su gabinete de prensa.

“Las acciones de sensibilización concretas son importantes, pero hay que mirar a largo plazo. Esto es una carrera de fondo y hay que diseñar políticas públicas y estrategias pensando en un resultado a largo plazo y en la transversalidad”, concluye. Y esa, entre muchas otras, la semilla que quiere dejar.