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El centro de guisado Justo Cubas abre sus puertas a los alfareros de la Fedac

El Gobierno aprueba la cesión parcial a la institución cultural para dar acceso a los artesanos de toda la Isla | El inmueble fue restaurado hace tres años por 50.000 euros

Alfareros y familiares de Justo Cubas durante la inauguración del centro, hace tres años. | | YAIZA SOCORRO

El centro de guisado que frecuentaba diariamente el maestro Justo Cubas y que fue bautizado con su nombre tras su muerte permanecerá abierto para todos los alfareros de técnica tradicional que deseen usarlo, siempre que pidan los permisos precisos al Cabildo de Gran Canaria, por medio de la Fedac. Así lo han anunciado desde el Ayuntamiento de Telde, que aprobó ayer a mediante Junta de Gobierno Local la cesión parcial del inmueble a la institución cultural.

De esta manera se cumple con lo acordado desde que la administración insular efectuase la reforma de las instalaciones hace tres años, con una subvención que ascendía a los 50.000 euros. “En ese momento se estipuló que todos los artesanos de la Isla podrían hacer uso de los hornos de leña, si cumplen con una serie de requisitos como es el que estén inscritos en la Fedac”, explica el concejal de Cultura, Juan Martel. El acuerdo de uso compartido entre ambas instituciones tendrá una duración de tres años a partir de la firma y será susceptible a prórroga.

En concreto, los artesanos que accedan al recinto deberán firmar una asunción de compromiso y responsabilidad respecto a la utilización del inmueble. Deberán acceder a él únicamente para el guisado de sus piezas de artesanía, cuidando las instalaciones y dejándolas en óptimas condiciones al finalizar. También tendrán que retirar todo el material y objetos desplazados al recinto y los residuos y basura producidos, así como enviar fotografías de las instalaciones al momento de la llegada al centro y al abandonarlo. Por otro lado, tendrán la obligación de devolver y entregar las llaves a la Fedac antes de haber transcurrido tres días hábiles. Finalmente, en el caso de que se produzca cualquier desperfecto, deberán hacerse responsable de abonar los gastos.

Rosario Miranda, una de las dos alfareras con las que cuenta la escuela de artesanía de Telde y discípula de Cubas, aprueba esta normativa, pues recuerda que “durante la época en la que el centro estaba abierto hace años era un desastre, la gente dejaba todo tirado y no limpiaba”. La artesana recuerda que este es el único espacio en la Isla junto con Santa Brígida que cuenta con hornos de leña para la cocción de barrio canario, e insiste en que es un inmueble de mucho valor que debe realzarse.

En concreto, posee tres hornos tradicionales con los que puede ejecutarse técnicas de alfarería muy antiguas. El primero, de una sola cámara, este reproduce la alfarería típica de la zona de La Atalaya de Santa Brígida. Por otro lado está el horno de dos cámaras, que fue reconstruido para alcanzar más eficiencia. “Antes era más grande; a mí particularmente me gustaba, pero es verdad que consumía mucho más”, expresa Miranda, que fue la impulsora del proyecto de rehabilitación. Por último se encuentra el horno típico de la zona de Lugarejo, en Artenara, de donde procedía el famoso artesano que da nombre al centro.

Finalmente queda por concretar la conexión de la electricidad en el recinto. Desde la administración aseveran que ya está instalado todo el sistema eléctrico, pero queda que desde la Consejería de Industria den el visto bueno para su funcionamiento. Esto permitirá que en un futuro pueda utilizarse el espacio durante las tardes y noches, cuando la luz natural no es suficiente, para la realización de clases y talleres. Asimismo, podrán colocar una alarma para evitar intrusiones y robos.

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