El Barranco de Las Goteras persigue conectarse a la red de alcantarillado

Una nueva asociación cultural denuncia que medio centenar de residentes de la vertiente teldense siguen sin conectarse a la red

La vertiente teldense del Barranco de Las Goteras, con la antigua escuela rural a la izquierda, aún no está conectada a la red de alcantarillado.

La vertiente teldense del Barranco de Las Goteras, con la antigua escuela rural a la izquierda, aún no está conectada a la red de alcantarillado. / LP/DLP

Benyara Machinea

Benyara Machinea

Una decena de vecinos de la vertiente teldense del barranco de Las Goteras, en el que confluyen con los municipios de Las Palmas de Gran Canaria y Santa Brígida, se han unido para tratar de solventar los principales problemas que viven los residentes de esta localidad de las medianías. La situación que más quebraderos de cabeza les trae desde hace años es su falta de conexión a la red de alcantarillado, que por otra parte sí tienen sus vecinos de otras localidades. Por este y otros motivos han decidido crear la asociación cultural Amigos del Barranco de Las Goteras, desde la que persiguen mejorar sus condiciones de vida, preservar el paisaje natural del espacio y mantener viva la actividad agropecuaria de la zona. 

"Las personas que vivimos en zonas diseminadas de medianías estamos encantados porque nos gusta vivir aquí, pero tenemos una serie de problemas vinculados a la poca densidad poblacional", explicó su presidente, Xavier Aparici. El motivo de que se trate de una asociación cultural y no de un grupo vecinal recae en que buscan ampliar sus actividades para todos los residentes del área, incluyendo también a los que viven en las otras vertientes del barranco.

Una de las opciones que propone este nuevo colectivo para poner solución al problema del alcantarillado pasa por reunirse con el Cabildo de Gran Canaria para valorar las posibles líneas de actuación. "Para conectarse al alcantarillado el Cabildo insular apoya en los barrios diseminados la creación de depuradoras ecológicas, pero habría que hacer una reunión con los vecinos en la que nos expliquen exactamente en qué consiste eso, qué ventajas tiene y por qué es más factible", aseguró Aparici.

Xavier Aparici, al centro, da a conocer los fines de la asociación a los ediles de Telde.

Xavier Aparici, al centro, da a conocer los fines de la asociación a los ediles de Telde. / LP/DLP

Otro de los objetivos que persiguen es fomentar la actividad agropecuaria de la zona creando un círculo entre los vecinos para la compra y venta de los alimentos que cultivan. "Hay que esperar a encontrarse y ver lo que va surgiendo con las complicidades entre la gente del barrio. Por ejemplo, el primer intento que hice para ir a comprarle unas calabazas a un vecino hace unos meses fue fallido porque no nos conocíamos, así que es sobre todo cuestión de coordinarse", insistió el vecino.

Recuperar la escuela rural

Por ahora son diez personas las que forman este nuevo colectivo, aunque hace unos días se reunieron con los ediles de Patrimonio y Educación, Héctor Suárez y Juan Francisco Artiles, para estudiar posibles líneas de colaboración que les permitan realizar sus actividades en la escuela rural Las Goteras, que hasta el momento permanece inactiva. Los vecinos se decantaron por este espacio "no solo por su indudable valor arquitectónico del edificio, sino por el fuerte vínculo que sienten muchas de las personas nacidas en sus cercanías por ser el lugar donde recibieron, durante décadas, la educación básica en su niñez".

"Es muy bonito cuando cogemos el coche para dar un paseo por las medianías pero si te fijas en detalle está todo abandonado"

De esta forma, el colectivo aspira a convertir este espacio en una sede que acoja actividades de dinamización para los vecinos, mercadillos y, en líneas generales, espacios de encuentro para sus habitantes, que oscilan entre las 40 y las 60 personas, así como para las personas que vengan de fuera a recorrer el barranco. "Desde el momento en el que nos la concedan será la puesta de largo porque nos podremos encontrar físicamente todos los vecinos que quieran acudir al ser un espacio en el que fácilmente nos podemos juntar 30 o más personas si hace falta", explicó el presidente del colectivo.

"Es muy bonito cuando cogemos el coche para dar un paseo por las medianías pero si te fijas en detalle está todo abandonado, los muros están caídos, las infraestructuras de riego están dañadas, incluso las habitacionales con algunas casas sin techo", señaló el vecino de la localidad. Entre las quejas de los residentes también figuran los problemas de aparcamiento porque "en las carreteras comarcales, conforme vamos subiendo en altitud, no hay arcenes ni espacios para dejar el coche", incide Aparici.

Sin embargo, tampoco quieren dejar de lado la preservación del medio natural y por eso entre sus principales objetivos figura la necesidad de recuperar el camino real y animar a la gente de la Isla a que vaya al barranco a caminar y hacer senderismo. "Otra cosa que nos inquieta mucho es recoger la historia viva de la gente mayor y por eso queremos que nos cuenten cómo se vivía antaño y qué se cultivaba para mantener vivo ese legado", aclara el representante del colectivo.

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