El ingeniero Fernando Ojeda habla sobre la huella hídrica en unas jornadas en Telde

La diferencia entre el agua virtual y la huella hídrica centrará esta tarde la intervención del ingeniero industrial y miembro de la asociación El Bloque Fernando Andrés Ojeda Pérez en la segunda sesión de las XIII Jornadas de la Cultura del Agua organizadas por el Cabildo de Gran Canaria en la Casa Museo León y Castillo.

Ojeda explica que mientras que la huella hídrica "contabiliza el agua usada por las ciudades, pueblos y una familia tipo", la virtual aporta información "del total de agua usada durante la elaboración, transporte y distribución de productos o servicios prestados".

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Durante su intervención, Ojeda repasará el origen de estos términos, surgidos en 2003 y 1993, respectivamente, y profundizará en cada uno de ellos. En ese sentido, señala que "el agua virtual, también llamada integrada o indirecta, determina el líquido gastado en un producto o servicio, ya sea agrícola, industrial o ganadero, entre otras". Es lo que informa sobre los "flujos de agua indirecta entre los continentes, naciones o regiones, flujos por la actividad comercial de importación y exportación".

"La huella del agua tiene en cuenta tanto impactos directos como indirectos en el agua e informa de las influencias en las reservas disponibles, tanto en la cantidad -estrés hídrico- como en la calidad"

Fernando Andrés Ojeda Pérez

— Ingeniero industrial y ponente en las XIII Jornadas de la Cultura del Agua

Un ejemplo de este caso, expone, es que si la producción de un kilo de carne de vacuno "conlleva la necesidad de usar 15.000 litros de agua y se compra en Sudamérica, hay un flujo de agua virtual desde ese continente hacia España. Consiguientemente, esos 15.000 litros adicionales de agua que no se gasta en el kilogramo de carne nacional están disponibles como ahorro o reserva de agua para un uso diferente".

Huella hídrica

El otro de los conceptos sobre los que hablará esta tarde, el de huella hídrica, "es la cantidad de agua usada para la fabricación de los productos o servicios consumidos por los habitantes de un determinado país. La huella hídrica sirve para analizar la sostenibilidad de un producto y para ello clasifica el agua en azul, verde y gris, para realizar posteriormente el cálculo de la porción de cada una gastada o usada".

En este punto, Ojeda puntualiza que el agua verde es la que "contiene la fracción de huella que procede directamente del agua de lluvia o nieve que está en la atmósfera, se precipita y almacena en el suelo en capas superficiales al alcance de las plantas, o se evapora". Por su parte, la azul es la obtenida de fuentes naturales o artificiales mediante infraestructuras o instalaciones humanas (ríos, lagos y aguas subterráneas) y la gris, "la contaminada, más la necesaria para diluirla y cumplir con parámetros fijados en la normativa del organismo de cuenca sectorial del cauce u organismo receptor de los vertidos finales de proceso".

Este ingeniero industrial señala que "si una industria vierte 500 litros de agua contaminada a un río, la cantidad de agua gris a considerar son esos 500 litros más los necesarios para diluir la contaminada. Cuando el proceso contaminante del vertido es constante, hay que introducir el parámetro tiempo, a fin de estimar el tiempo que ha de transcurrir para reutilizar el agua".

Huella del agua

Fernando Ojeda introduce un término más en su exposición, la huella del agua, un indicador de sostenibilidad que permite conocer los impactos que una actividad, producto o empresa ejerce sobre los recursos hídricos.

"La huella del agua tiene en cuenta tanto impactos directos como indirectos en el agua e informa de las influencias en las reservas disponibles, tanto en la cantidad -estrés hídrico- como en la calidad", puntualiza.

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