"Me voy a la Luna": los mayores de Taliarte pasean en bicicleta eléctrica

"¡Me voy a la Luna!", exclama Conchita entre risas a todo el que pasa por su lado. Sentada en la parte delantera de las bicicletas eléctricas que se estrenaron esta mañana en la residencia de mayores de Taliarte, ella junto a su hijo Juan Manuel, fue de las primeras en probar la experiencia. Después de las presentaciones oficiales de la bicicleta, llegaba el momento en el que las ruedas comenzarían a rodar. Una emoción que mantuvo a Conchita con un cierto nerviosismo que tapaba con alguna que otra canción que se le venía a la mente. "Adiós con el corazón, que con el alma no puedo", cantaba.

Juan Manuel fue de las primeras personas interesadas en este proyecto. Su madre Conchita, lleva dos años en la residencia por un problema de diabetes, además de tener un principio de alzhéimer. Aunque son naturales de Gáldar, Conchita estaba en la residencia Tarazona de Guía, pero hace un año, con motivo de obras para mejorar el centro, tuvo que ser reubicada en el centro de Taliarte.

Sin embargo, a pesar de la distancia, su hijo acude cuatro días en semana para pasar tiempo con su madre. "Esto es una iniciativa muy buena, y doy las gracias por hacer que los mayores se distraigan con estos paseos, porque al final es lo que necesitan", explica.

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Un viaje esperado

Desde que la dirección de la residencia de mayores de Taliarte informó a los familiares del proyecto, Juan Manuel no dudó en poner interés. Estuvo detrás de los responsables para ser la primera persona que probara la bicicleta eléctrica junto a su madre, y así fue.

Desde primera hora de la mañana estaba presente, esperando el momento exacto para pedalear y vivir junto a Conchita una experiencia inolvidable que no habían vivido jamás. "Yo nunca aprendí a montar en bicicleta cuando era joven", apunta Conchita. "Yo solo tuve tiempo de trabajar en el campo para poder criar a mis hijos", asegura. Motivo por el que el paseo por los alrededores de la residencia le hicieron vivir un momento único.

Bicicletas eléctricas para personas mayores en Taliarte (Telde)

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Ruta de la Experiencia

A la presentación del proyecto, que se denomina "Ruta de la Experiencia", acudió la Consejera de Política Social y Accesibilidad, Isabel Mena junto a Rita Mendoza, Presidenta Oficial del Colegio Oficial de Las Palmas y Vicepresidenta del Colegio Canario de Colegios Profesionales. Una iniciativa impulsada por el Cabildo de Gran Canaria en colaboración con el colegio de enfermeros y la dirección de la residencia de Taliarte.

Las bicicletas eléctricas llegan procedentes de Dinamarca y han tenido un costo de 5.000 euros cada una

"La idea es fomentar la participación de familias en la vida diaria del centro y los usuarios", aseguraba Isabel Mena. Un proyecto que a partir de este lunes comenzará a rodar con la fiel idea de que los familiares puedan experimentar una experiencia diferente junto a sus familiares.

Un juguete para divertirse

Según algunos usuarios del centro, a ellos nadie les avisó de que tendrían disponible este 'juguete', motivo por el que muchos, al verlas en el exterior de las instalaciones, miraban fijamente y preguntaban qué estaba pasando.

Ilusionados con la propuesta al tratarse de algo nuevo, el objetivo no era otro que poder probarlas, con la idea de poder vivir una experiencia diferente ya sea junto a sus familiares o con el personal de la residencia. Unas bicicletas eléctricas que llegaron procedentes de Dinamarca y que tuvieron un coste de 5.000 euros cada una. Sin embargo, más que un coste, desde el colegio oficial de las palmas lo ven como "una inversión", tal y como asegura Rita Mendoza.

En compañía de familiares

Unos paseos en bicicleta que unirán a usuarios y familiares, permitiendo que estos se distraigan de su vida cotidiana a la vez que pasean por los alrededores de Taliarte.

Juan Manuel, además de pasear a su madre cada vez que se lo permitan, también lo hará con el resto de personas en el centro, y es que su objetivo no solo es hacer que su madre Conchita pase un buen rato, sino que todos, incluso los que no cuentan con familiares, puedan vivir la experiencia. De momento, tal y como informan en el centro, hay lista de espera, por lo que la iniciativa ha calado bien entre todos. Conchita, por su parte, esperará de nuevo su turno para volver a visitar la Luna.