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Aythami Artiles gana un duelo aéreo entre David García y Vicente y los jugadores rivales De Marcos, Gurpegi y San José.

La defensa del ascenso sobrevive

David García, Aythami, Simón y Dani Castellano se juntaron por primera vez en el curso y cumplieron - La línea adelantada ahogó al Athletic - Aduriz y Raúl García, desaparecidos

No se había llegado al minuto y medio de partido y la UD Las Palmas ya había dejado al Athletic en fuera de juego en dos ocasiones. Era el estreno esta temporada de una defensa con pleno de ascendidos pero desde muy pronto quedó claro que había matices nuevos. Mismos jugadores pero diferentes ideas. Ahora el equipo amarillo juega a otra cosa y actuaron en consecuencia, con todos los riesgos que ello implica. Y además de la obligación de sacar el balón jugado tenían la orden de adelantarse para forzar el fuera de juego.

Las dos medidas funcionaron y la defensa, a pesar de los dos errores que provocaron los dos goles, aprobó. Porque era un examen de mucha exigencia para un equipo cogido con alfileres y plagado de bajas, por lo que refuerza el mérito de dejar al Athletic en seis remates a portería, uno menos de los que firmó el ataque amarillo. Javi Varas, héroe por costumbre en los campos grandes, solo tuvo una intervención decisiva, un remate de Aduriz a los cinco minutos en un mano a mano en el que el meta sevillano sacó el pie.

Pisó el acelerador el Athletic para empezar y continuó con un remate de cabeza de Raúl García a la salida de un córner que sacó El Zhar bajo palos y estiró ese arranque con el gol de penalti de Aduriz procedente de un tiro desde fuera del área de Susaeta que desvió David García con el brazo. Al minuto Etxeita estrelló otro remate de cabeza en el poste pero ahí se cortó el rugido del león.

Es habitual en La Catedral la excitación colectiva después de un gol. Olieron la sangre, la UD estaba tocada pero los amarillos sobrevivieron y desde entonces todo cambió. A partir de la media hora de partido, y a pesar del zarpazo de Iñaki Williams avanzada la segunda parte, la defensa insular resistió.

Javi Varas como reflejo

Si hay algo que define a la UD desde la llegada de Quique Setién, además de su estilo vistoso, es la personalidad. No se achica ante nada ni nadie, exhibe carácter sea cual sea el escenario y, con mayor o menor acierto, traslada al campo de juego su propuesta. Y no es fácil en un recién ascendido. Tampoco en un campo como San Mamés y ni mucho menos ante semejante plaga de bajas.

Y esa fe en su filosofía nace desde atrás. Los riesgos que toma Javi Varas en cada presión simbolizan el atrevimiento de la UD Las Palmas. También la defensa tiene la instrucción de jugar al límite con la posesión y ayer, con dos centrales acostumbrados la temporada pasada a evitar pérdidas de balón, mantuvo la esencia de Setién. Da igual quien juegue en el centro de la zaga amarilla, que ha combinado en los últimos siete partidos ocho parejas diferentes. Ayer se cayó Garrido, el que más minutos había acumulado desde la lesión de Pedro Bigas, pero la UD no renuncia a su sello.

Así, con la bandera de la posesión el cuadro insular fue poco a poco durmiendo al león, que se instaló en el conformismo con el resultado y se replegó a la espera del error de la UD. Se impuso la ley del mínimo esfuerzo en el Athletic con el paso de los minutos, quizás por mérito del rival o quizás por autocomplacencia local, seguro que con una dosis de cada argumento.

Lo cierto es que con el paso de los minutos el Athletic mordió menos y la zaga amarilla vivía más cómoda. Desde la primera media hora no hubo noticias de Aduriz y Raúl García, temibles en el juego aéreo pero que ayer sucumbieron ante David García y Aythami Artiles. Buscó alternativas Ernesto Valverde, que en la segunda parte juntó al efervescente Williams con Aduriz para incidir en la presión a los centrales, mientras que Raúl García se desplazó a la banda derecha.

Sin temblores

Pero Javi Varas siguió viendo de lejos a los atacantes rojiblancos, huérfanos de Beñat y Laporte, dos de los jugadores que más les alimentan y que fueron baja por sanción. La UD limitó las pérdidas de balón, pero un nuevo desliz, esta vez en cadena, le costó caro. Después de que Jonathan Viera y Culio intentaran sacar la pelota combinada en el borde del área y rodeados de rivales el cuero le cayó a Iñaki Williams, que se quedó solo por el resbalón de Dani Castellano y superó a Varas de tiro cruzado.

Se repitió la historia de la primera mitad y Williams llegó al área en dos nuevas ocasiones, pero no las aprovechó y Tana dio el premio que merecía la UD.

Quedaban diez minutos y el Athletic necesitaba un gol para ganar en San Mamés, un contexto que ha hecho temblar a los gigantes del fútbol español. Pero la UD mantuvo a raya al Athletic con el único registro de un remate desviado de Eraso y otro de Muniain que bloqueó Aythami con el cuerpo. Así de maduro está el equipo amarillo. Se siente capaz de todo.

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