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Setién, el revientamaletines

En esta época de suspicacias, el técnico de la UD, en su etapa en el Lugo, dilapidó la fiesta del Girona en la última jornada y abortó el sueño de la 'Ponfe' en 2013 - Es el rey del juego limpio

Quique Setién (d) saluda a Pablo Machín, el 7 de junio de 2015 en el Municipal de Montilivi. DIARI DE GIRONA

En la carrera de Quique Setién, hay dos finales de competición de alto voltaje. De cinematografía de terror.

Defendiendo los intereses del CD Lugo -258 encuentros entre Segunda B y la categoría de plata- fue juez y parte para SD Ponferradina y Girona. Un rostro insobornable para reventar maletines. Ambos en la categoría de plata, episodios de euforia clandestina y de terror local. Así se siembra el pánico. El juez más despiadado en los finales de campeonato. No cuenten con Setién para los arreglos. "Espero que ninguno se me vaya al otro bando", valoró en la previa al pulso de esta noche ante el Granada. Le asisten los antecedentes. En El Toralín y Montilivi, armó el caos mundial sin piedad.

El 22-J de Montilivi

En la historia del Girona -fundado en 1930-, el 7 de junio del 2015, última jornada del campeonato regular 2014-15, respira en la hemeroteca con un latir de Freddy Krueger. El capítulo más tenebroso. A la altura de la catarsis amarilla en la vuelta de la final del playoff, el 22 de junio del 2014, ante el Córdoba CF.

El Lugo -dirigido por el técnico amarillo Setién-, con únicamente el honor en juego, arrancó un agónico y polémico empate (1-1) ante el cuadro catalán. Sandaza (43') adelantó a los de Pablo Machín pero Caballero (89') equilibró la contienda. Este resultado allanaba el camino del Sporting a Primera, que había goleado al Betis (0-3) en el Villamarín. Del éxtasis a las lágrimas, con botellazo incluido. Con Sánchez Martínez de colegiado -el mismo que pitó el UD-Córdoba-, una agresión al asistente forzó la suspensión de la última jornada. Tras la reanudación, el Girona no pudo domar a la bestia del Lugo. Los de Setién, habían liado la mundial.

Jueces para la historia. El agónico empate sepultaba las opciones del Girona, que entregaba la segunda plaza al Sporting, que ascendía de forma directa con el Real Betis.

El bloque catalán sería eliminado en las semifinales ante el Real Zaragoza, en otra ronda con tintes fatídicos. La aparición de Setién resultó fatal para los de Machín. Las acusaciones del plantel rojillo fueron contundentes. "Parecía que se estaban jugando algo más que la vida; no lo entiendo. Corrían como leones", llegó a valorar Sandaza -que estuvo a las órdenes de Setién en el Lugo y ahora milita en el Tokyo-.

El ahora preparador de la UD, no se quedó corto: "Solo hicimos nuestro trabajo. La dignidad está por encima de muchas cosas". El Girona se quedó en el camino. Esa última jornada, con aroma festivo, con la guagua descapotable preparada, marcó el destino de un club que aún trata de renacer de aquellas cenizas.

Todo por el rigor del estratega de acero. Palabra de Setién. Los gallegos, dispararon su honor, el Girona perdió la ocasión de su vida.

Transistores en La Condomina

En la última jornada de la 2012-13, la UD pisaba la Nueva Condomina con el objetivo de sellar de forma matemática la disputa de un playoff de ascenso -15 años después de la última presencia en la eliminatoria crucial por la gloria-. Los amarillos, dirigidos por Lobera, caían por la mínima (1-0) ante el Real Murcia tras un gol de Matilla. Ese desliz puso en serio peligro la disputa de la promoción. Pero el Lugo, de nuevo con Setién, en una última jornada, con dos tantos del ex amarillo Quiroga, arrancaba un empate portentoso ante la Ponferradina en El Toralín. Y la UD acarició el paraíso.

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