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Lamentaciones

Opinión

Lamentaciones

El profeta Jeremías se caracterizó por su queja continuada a Jesucristo. Mostró su disconformidad cuando con sólo 20 años el Señor le encomió la labor de divulgar su palabra.

También expresó su descontento cuando, desalentado, exigía respuestas que no llegaban. Pero, al final de sus lamentaciones sabía que reaccionar ante las adversidades era el camino.

El mismo camino que debe retomar de nuevo la UD Las Palmas en la Liga tras los acontecimientos acaecidos en el Sánches Pizjuán que determinaron la primera derrota de la temporada para los hombres de Quique Setién.

Los amarillos tienen que dejar atrás el varapalo ante el Sevilla y centrarse en lo que está por venir. En este caso, un Málaga herido con tan sólo dos puntos en su haber y que nos visita el sábado, en el Estadio de Gran Canaria, con hambre de triunfos.

Los de Setién, que están llamados a realizar grandes cosas esta temporada, se desconectaron en los últimos instantes en el Sánchez Pizjuán y lo pagaron muy, pero que muy caro.

El oficio del extremo internacional grancanario del conjunto nervionense, Víctor Machín Vitolo (un profesional como la copa de un pino que se deja la piel por su equipo), así como un despiste descomunal en el tiempo añadido de descuento tras el lanzamiento de un saque de esquina con el que habían sido sancionados los amarillos, dibujan la amarga derrota sufrida frente al Sevilla del técnico argentino Jorge Sampaoli.

El fútbol no sólo es juego bonito y goles. Es oficio y picardía, condimentos esenciales, que te dan y te quitan partidos.

La UD Las Palmas tiene que estar enchufada, en todos y cada uno de sus compromisos, hasta que sube al avión de vuelta a casa. Lamentarse de nada sirve ya y toca reaccionar. Más oficio y menos quejas, a lo Jeremías.

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