Alfredo Ortuño, con once dianas en el Cádiz CF, se ha convertido en el rostro de moda en Segunda. El delantero murciano de 25 años, que pertenece a la UD Las Palmas, logró ayer dos tantos en la victoria (1-3) en el Arcángel. Ha participado en 17 de las 19 jornadas disputadas en la categoría de plata.
El atacante aterrizó en Gran Canaria en enero del 2015. Llegó cedido a la UD por el Granada. En la máxima categoría, solo disputó cinco paridos con el cuadro nazarí. En la Isla, en esa 2014-15, resultaría determinante en el ascenso. Logró cuatro tantos, en sus 17 encuentros con Paco Herrera. Y en el mágico 21-J, en la acción del 2-0, ante el Real Zaragoza, en el Gran Canaria, peinó el balón para Aythami Artiles. El zaguero sureño completó la 'chilena de Patalavaca' y Araujo logró el tanto más importante de los últimos 14 años.
Con el regreso a la mejor liga del mundo -la UD no pisaba la Primera desde junio de 2002-, la entidad isleña tuvo que hacer frente a un millón de euros por la adquisición de Alfredo Ortuño.
Esta condición ya figuraba en el documento de cesión. Pero Ortuño no volvería a jugar en la UD en partido oficial. Su última participación fueron sus 18 minutos en la vuelta de la final del playoff de ascenso ante el Zaragoza en el Gran Canaria. Aquel 21-J fue su último episodio. Con contrato con el club grancanario hasta junio de 2017, en la 2015-16 fue cedido precisamente al club maño. Completó 20 partidos y siete tantos.
Figura errante
De nuevo en el mercado invernal, Ortuño cambió de aires. Rescindió con el Real Zaragoza y fichó por el RCD Mallorca -hasta junio de 2016-. En la entidad balear, logró cuatro tantos en sus 19 partidos.
En la pasada pretemporada, se reincorporó a los entrenamientos de la UD. Conoció a Quique Setién y se especuló con su incorporación al proyecto como delantero junto a Sergio Araujo y Marko Livaja.
El pasado 4 de agosto, la dirección deportiva del club grancanario confirmaba el tercer destino de Ortuño desde que logró el ascenso. Se marchaba cedido al Cádiz, tras desechar la opción de regresar al Mallorca. De amarillo, con el club del Carranza, abraza su mejor versión: 11 dianas. Y dispara su cotización. La UD se frota las manos. El descarte puede ser un negocio.
