En apenas siete días, la UD Las Palmas jugará casi los mismos partidos (3) que en las últimas cinco semanas (4). El parón por las selecciones y el atracón de fútbol entre semana en el que vive encuadrado el equipo amarillo -es el conjunto que más partidos ha disputado en lunes y viernes- obligará al cuadro de Quique Setién a disputar 270 minutos con solo 48 horas de descanso entre un encuentro y otro. Una circunstancia que abre la caja de las oportunidades para los jugadores que han gozado de menos minutos sobre el césped.

En la línea defensiva, el regreso de Michel Macedo es total. Indiscutible desde que llegó este verano, su lesión en Granada le abrió las puertas a David Simón, en el ostracismo hasta entonces -apenas había sumado 183 minutos en tres encuentros-. Ahora el de Jinámar acumula siete partidos completos y como titular en la banda derecha. La baja de Lemos por acumulación de tarjetas para el partido de Vigo (19.45 horas, BeIN LaLiga) también abrirá la puerta a Aythami Artiles -lejos del campo desde su enfrentamiento con Setién en el Santiago Bernabéu- o al capitán David García.

En el centro del campo, de los jugadores con menos minutos, Montoro, recuperado de su intervención en el menisco, ya entrena también con normalidad; Hernán está ansioso de juego real en la medular -ha jugado 15 minutos en LaLiga- y solo Javi Castellano sigue recuperándose de su esguince en la rodilla. El abanico de opciones para Setién parece casi interminable en esta posición.

Y en el frente ofensivo, el técnico cántabro lo vuelve a tener todo: Livaja, Prince Boateng, Jesé, Jonathan Viera, Mateo García, Halilovic, Tana y Momo. Ocho futbolistas para cuatro puestos -la línea de tres cuartos y el de ariete-. Por delante, la UD tiene los partidos ante Celta de Vigo y Eibar fuera de la Isla; después, el Real Betis en casa. Con 30 puntos en juego por delante -quedan diez partidos hasta el final de la competición- y el gran objetivo global en el bolsillo (la salvación), otras metas personales y colectivas se abren en el horizonte. Y ahí, Setién dará juego a los suyos en busca de calma hasta el final de su era.