Manolo Jiménez, técnico de la UD Las Palmas, dejó claro en la previa del partido de mañana frente al Nástic de Tarragona (19.00 horas, LaLiga 1|2|3 TV) en el Gran Canaria que él es el que toma las decisiones a la hora de hacer las convocatorias y que ningún futbolista puede decir nada al respecto. "A los jugadores no se les contrata para jugar, sino para intentar jugar. Hay un gestor de grupo que decide quién juega. Lo que tienen que hacer es decirme en los entrenamientos que están para jugar", aseguró.

El sevillano se refirió así al hecho de contar ya con una plantilla de 24 futbolistas, de los que tiene que descartar a seis en cada partido. "La gestión de grupo es algo muy importante que depende del entrenador y del futbolista. Yo lo que exijo es el respeto entre compañeros. El que se queda fuera debe entender que el que está dentro tiene las mismas opciones o posibilidades que el que está jugando por él. Yo entrego las camisetas en los entrenamientos y partidos por lo que demuestran. No soy un entrenador que crucifico a un jugador por fallos", comentó.

Jiménez acudió a la sala de prensa sin ofrecer antes la lista de citados para el choque ante los tarraconenses, antepenúltimos en la tabla con un punto en tres partido -la UD es sexta, con cinco-. El preparador adelantó que Momo y Deivid ya están recuperados pero aclaró que no saldrán de inicio. Sí están en disposición de hacerlo dos de los tres último fichajes, David Timor, que entraría por Javi Castellano, y Alberto De la Bella, que lo haría por Dani.

"Opciones tienen muchas porque son refuerzos muy importantes. Son jugadores que van a dar competitividad y fortaleza al equipo. La duda es si están lo suficientemente adaptados, pero si pienso que no están adaptados, ¿cuándo van a tener minutos? Creo que estamos trabajando muy bien y la posibilidad que me dan ellos es poder decidir en cada demarcación con muchas posibilidades. Tienen serias opciones algunos de entrar de titular y otros de estar en el banquillo", comentó.

Sobre el encuentro ante el Nástic, añadió que prevé "un partido típico de Segunda". "Es un equipo que intentará salir jugando con el balón si le dejamos y que se hará fuerte en el juego directo si no le dejamos. Es algo que se va a repetir mucho todo el año. Nosotros somos el equipo a batir. No podemos salir relajados porque nadie gana a nadie con el escudo. Si salimos a la misma intensidad o más que ellos, tendremos muchas opciones de ganar. Es un partido trampa, como muchos de los que va a haber. Hay que demostrar en el campo la superioridad que todavía no hemos demostrado", declaró el técnico.

Jiménez reiteró que en Zaragoza no dispuso un sistema con cinco defensas, sino con tres, sólo que no salió como esperaba. También declinó el tema del estilo. "Yo quiero que jueguen 11 jugadores con el estilo que jugaron contra el Reus casi todo el partido, contra el Albacete gran parte y la segunda parte contra el Zaragoza. No hay debate en eso. Yo percibo un gran equipo que juega al fútbol intentando mandar en el campo e intentando juntarse para ser fuerte", aseguró.

"Yo me aíslo y me alejo de los que ganan las Ligas en agosto y septiembre, esos le han dado muy pocas patadas al balón. Tenemos la obligación de pelear por estar en Primera División. Sería un fracaso si no estuviésemos en esa pomada y no lo intentásemos. Percibo, entiendo y creo que tenemos para mí la mejor plantilla de la categoría. Mis hijos son los más guapos y mi equipo es el mejor", sentenció el sevillano.