"Teníamos que elegir un color de combatiente, de militar. Por ello elegimos el color verde para la segunda equipación. Es el color del Ejército y de la Legión". Palabra de caballero legionario de honor, de Miguel Ángel Ramírez, presidente de la UD Las Palmas en el acto de presentación de los nuevos uniformes. Pues bien, sus soldados estrenaron el segundo, el de verde militar, para ganar la batalla del Francisco de la Hera de Almendralejo, en tierras de Badajoz.

En un alarde de solidaridad, esfuerzo, oficio, valor y entrega a la causa, Las Palmas sacó su rostro más guerrillero para plantar cara y superar (1-2) a un adversario, el Extremadura, más acostumbrado al uso de estas armas por su rango de humilde en una Liga 1|2|3 tan poblada de clubes ilustres, uno de ellos Las Palmas.

El conjunto amarillo, este domingo de verde, zanjó cualquier duda que hubiese podido haber sobre su rendimiento en encuentros de estas características, ante un contrincante fajador e impetuoso en un ring, el Francisco de la Hera, perfecto para aplicar esa filosofía de vida en lo futbolístico.

Con esta victoria, con la que Las Palmas se coloca segunda en la tabla clasificatoria a las puertas del duelo con el líder Málaga de la próxima jornada, la escuadra grancanaria demuestra su fiabilidad para superar con solvencia las dificultades que entraña una categoría como ésta para pelear por el ansiado ascenso.

Prácticamente con el equipo de salida que goleó al Nástic en un ejercicio de virtuosismo -salvo la entrada de Rafa Mir por Tana-, ante el Extremadura, con otro fútbol alejado del preciosismo y pleno de esfuerzo y trabajo, sacaba el mismo rédito, tres puntos.

Rubén Castro, que ya lleva seis goles en cinco jornadas, puso de penalti el 0-1 en la primera parte. Desde el punto fatídico igualaban los extremeños en una pena máxima inexistente señalada por el colegiado por manos de Ruiz de Galarreta. Tras el descanso, en una falta lateral Maikel Mesa adelantaba de nuevo a los de Manolo Jiménez, que lograban aguantar el marcador a pesar de la expulsión del antes mencionado Ruiz de Galarreta en el minuto 62 al ver la segunda amarilla.

Las Palmas salía advertida de los poderes que iba a intentar imponer su rival desde el pitido inicial. Ante un cuadro extremeño que mordía en la presión y abusaba del juego directo con continuos centros al área, la UD demostraba oficio para defender sus acometidas batiéndose el cobre.

El conjunto grancanario, tensionado atrás, esperaba al acecho su ocasión en la ofensiva. La primera de ellas llegaba en el minuto 6. Un balón recuperado por Rubén Castro acababa en las botas de Maikel Mesa; el tinerfeño picó la pelota y Rafa Mir, en posición franca, no acierta a elevarla sobre el meta.

El Extremadura respondió a renglón seguido en una internada por la izquierda de Valverde, pero su disparo se encontró con Raúl Fernández, quien despejaba a córner con los pies. Si la UD se mostraba atenta y certera para defender las jugadas a balón parado del rival, con la misma autoridad ejercía su trabajo en ataque en esa suerte. Del córner forzado por Djalo, los de Jiménez sacaron petróleo. Fidel ve desde la esquina la entrada por sorpresa desde atrás de Ruiz de Galarreta. Su incursión se ve frenada por la zancadilla de Zarfino y el colegiado marca penalti. Rubén, con parsimonia, engaña a Manu García (0-1).

Además de ponérsele de cara el partido por el gol, la UD también se veía favorecida por el bajón experimentado por un Extremadura que ya no le metía tanto coraje e intensidad a su juego. Pero cuando el viento soplaba a favor, se torcían las cosas. Superado el ecuador de la primera mitad, Timor realizaba una falta en la frontal sobre Valverde. Éste lanza el libre directo y el colegiado considera que Ruiz de Galarreta, último hombre por el exterior de la barrera, despeja el balón con la mano y no con el hombro. Penalti. Y más infortunio para los de ayer de verde. Raúl Fernández detiene el lanzamiento de Enric Gallego, pero el balón le cae de nuevo a los pies del jugador del Extremadura para el empate (1-1).

El gol levantaba a un temperamental rival. Tanto que, a base de ímpetu, se entregó al asedio de nuevo de la meta de la UD. Y casi consigue su objetivo al filo del intermedio. Surgió la figura de Alberto de la Bella para impedirlo. Salvó en la línea de gol el remate de Enric Gallego.

El lateral izquierdo de Las Palmas adquirió de nuevo protagonismo poco después de su acción salvadora en defensa; esta vez en la faceta ofensiva. La entrada del catalán y su zurdazo pasó cerca del poste derecho de la meta local.

En la reanudación, el duelo muy pronto daba otro giro a favor de los insulares. En una falta lateral desde la izquierda cometida en el minuto 48, Maikel Mesa, con la izquierda en el segundo palo, remacha el centro (1-2).

Con el Extremadura groggy tras el golpe al mentón, Rubén la tuvo para sentenciar. Esta vez el killer de La Isleta no pudo mostrar su mortífera pegada. Como ocurriera en la primera mitad, la supervivencia plácida de la UD sobre el césped terminaba fruto de otra acción puntual. Los de Manolo Jiménez se metían de nuevo en un compromiso. Error de Ruiz de Galarreta. No anduvo listo en una acción en la media cancha y metió el pie donde no debía. Segunda amarilla y a la calle.

El duelo entraba en una nueva lectura. El técnico de Las Palmas, tras quedarse con diez su equipo en el minuto 62, movió piezas. Sacrificaba a Fidel para dar entrada a Danny Blum por la izquierda. La idea era formar dos líneas de cuatro con Rubén como lobo solitario en busca de la presa.

Minutos más tarde, más músculo en la medular con Fabio por Rafa Mir, fundido tras disputar dos partidos con la selección española sub 21. La nueva estructura táctica montada por Manolo Jiménez tras la expulsión se le atragantaba al Extremadura. Un par de acciones aisladas con remates defectuosos o salvadas con solvencia por la defensa amarilla fue el escaso saldo local en ataque.

Reviva el partido aquí