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Modelo Osasuna / Una fórmula de éxito

Osasuna, un espejo para Las Palmas

El rival de la UD regresa a Primera dos cursos después de bajar y con el cuarto tope salarial

Rubén García (izquierda), Íñigo Pérez (centro) y Roberto Torres celebran un gol del Osasuna esta temporada. LALIGA

La UD tiene un ejemplo a seguir en el Club Atlético Osasuna, su rival del próximo sábado (17.00 horas, LaLiga 1|2|3 TV/TVC). Lo es porque el club navarro regresa a la Primera División dos temporadas después de bajar, algo a lo que aspira la entidad amarilla el curso que viene (2019-20). Si el Granada sube, además, ese espejo en el que mirarse será doble. Aunque todavía no lo tienen garantizado, los nazaríes están a un paso de volver a la élite.

Los rojillos consiguieron su objetivo tres jornadas antes de la conclusión del campeonato con un límite salarial de su plantilla más bajo que la campaña anterior -el cuarto de toda LaLiga 1|2|3- e inferior también al de Las Palmas, lo que demuestra, una vez más, que el dinero no lo es todo. Basta con utilizarlo bien.

Y el Osasuna lo utilizó de maravilla. Con un tope de 13,2 millones de euros, según la cifra oficial facilitada por la Liga de Fútbol Profesional, logró formar un bloque que mezcló juventud, veteranía, cantera y fichajes, entre otras cualidades necesarias para confeccionar, en definitiva, un buen equipo. La UD, en cambio, contó con 19,2 kilos -unos 13 sólo para la plantilla de jugadores, según fuentes del propio club- y acabó por luchar por salvarse.

El Osasuna realizó 10 incorporaciones esta campaña e invirtió alrededor de 2,6 millones en fichajes: un millón por la cesión de Brandon, 850.000 euros por Juan Villar (Tenerife) y 750.000 por Iñigo Pérez (Numancia). Cuatro de ellos llegaron libres (Rubén Martínez, Rubén García, Nacho Vidal e Imanol García), uno cedido por el Getafe (Robert Ibáñez) y dos tras estar a préstamo (Miguel Olavide y David García).

Tal situación contrastó con las 17 caras nuevas de la UD en varano -más otras dos en invierno- y el desembolso de casi 4 kilos por los fichajes de Timor, Maikel, Ruiz de Galarreta, Fidel, Lemos, Srnic y Blum -por su cesión-, sin contar con las altísimas fichas de jugadores como Rubén Castro y Araujo, que sobrepasan el millón de euros por curso, o de Cala y el propio Timor, que casi lo rozan.

En cualquier caso, Las Palmas verá reducido su límite salarial hasta los ocho o nueve millones por la bajada de ingresos -sobre todo los que proporcionaba la venta de los derechos de televisión- y deberá crear un plantel mucho más acorde al nivel en el que está, la Segunda División. El club navarro, por contra, no tuvo que hacer un cambio tan drástico entre las temporadas 2017-18 y la 2018-19.

Una idea fija

De hecho, su tope al bajar de Primera fue de 13,2 y ahora el presente curso sólo dispuso de 2,1 menos. Al contrario que la UD, el Osasuna no se planteó confeccionar una plantilla de futbolistas caros, sino que apostó por lo mismo que este año le ha dado fruto. Aun así, los navarros estuvieron a punto de clasificarse para la promoción de ascenso. Lo habrían hecho si hubieran ganado al Valladolid, que a la postre ascendió, en la última jornada.

En lo que Las Palmas sí se asemejó al club rojillo fue en la utilización de futbolistas de la cantera. Jagoba Arrasate hizo debutar a tres jugadores del filial (Luis Perea, Juan Manuel Pérez y Endika Irigoyen), mientras que en los amarillos subieron Curbelo, que ya cuenta con ficha del primer equipo, Toni Robaina, Josep Martínez, Cristian Cedrés y Jesús Fortes -jugó ante el Córdoba por la baja de urgencia de Lemos-.

La apuesta por la base, sin embargo, es sólo una de la patas para crear un equipo competitivo. Ahora a la UD le toca apretarse el cinturón y, con menos dinero, elegir bien. El Osasuna y el Granada son su mejor espejo.

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