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Al asalto sin la marea amarilla

La UD, a romper la racha de casi dos décadas sin triunfos en Tenerife con su afición ausente en la grada Herradura | Los ánimos, de forma aislada y casi individual

Al asalto sin la marea amarilla | M. SANTOS / A. GUTIÉRREZ

Todo partía en Gran Canaria, más en concreto, en el Puerto de Agaete. Una reunión de amigos, la mayoría miembros de diferentes peñas; una travesía de aproximadamente una hora entre cánticos, gritos y –también– algo de alcohol; un traslado a pie desde el Puerto de Santa Cruz de Tenerife hasta el Heliodoro con la caída de objetos desde alguna ventana y, finalmente, un partido, el gran derbi canario. La rutina, festiva mayormente, respondía a un propósito por encima de todos: apoyar a la UD Las Palmas en territorio ajeno. Pero el domingo, en la segunda cita del curso 2020-21, nada será igual.

Casi nada lo es, de hecho, desde que la pandemia del coronavirus azotara a la población mundial desde hace algo más de un año. La vuelta del público a los estadios se aventura próxima –la intención de LaLiga es que en mayo pueda haber aficionados en las gradas–, sin embargo, la medida no llegará a tiempo para el duelo de máxima rivalidad del Archipiélago. Por eso, quizá por primera vez en la historia, no habrá marea amarilla en el Rodríguez López.

Ya no hubo en el choque de la primera vuelta en el Gran Canaria, por lo que vuelve a ser el derbi del silencio como también lo fue el de la pretemporada pasada. Toca ver el partido en casa, la opción más factible para la gran mayoría, porque ni siquiera el día del encuentro, el Domingo de Ramos, que da inicio a la Semana Santa, ha ayudado: nadie puede salir de la Isla sin una causa mayor.

De extranjis

Como la que tiene José Manuel Ramírez, presidente de la peña Sentimiento Amarillo, que llegó ayer con la casaca de la UD puesta a Tenerife por motivos laborales, y le cuadra allí la disputa del partido. “Mi intención es, como trabajo de ocho a cuatro y tengo las tardes libres, presentarme el domingo en el Heliodoro y hacerme una foto con mi camiseta”, avanza.

Incluso, tiene una opción remota de poder entrar al Heliodoro gracias a que un sector de la empresa para la que trabaja se encarga de la vigilancia de las cámaras de seguridad del recinto. “Ojalá pueda entrar. Si lo veo, me flipo”, reconoce.

Al asalto sin la marea amarilla

En cualquier caso, Ramírez, que fundó la peña después del cordobazo que privó a Las Palmas del ascenso en la campaña 2013-14, y que había acudido a la llamada de la UD en Tenerife desde entonces –tres veces–, confiesa que añorará los traslados pasados. “Lo voy a echar de menos. Uno se toma el viaje a Tenerife como el que va a ver a la Virgen del Pino todos los años. Por eso va a ser extraño, pero bueno, tengo el privilegio de estar al menos aquí –en Tenerife–. A ver si me acerco por los alrededores y puedo vivirlo de otra manera”, comenta.

Y agrega en el mismo sentido: “Vas en el barco con lo amigos, cantando, riéndote, haciendo escándalo mientras subes al estadio con la gente asomada a las ventanas... Nos cortan las calles y parecemos los reyes por ahí para arriba, no como los del Tenerife, que vienen en guagua”. Su resultado para el derbi lo tiene “claro: 0-1 en el último minuto con gol de Jesé”.

En cualquier caso, de darse ese marcador final, como cualquier otra victoria amarilla, no habrá lugar para celebraciones. De ninguna manera al final del encuentro, previsto para alrededor de las 22.20 horas del domingo, porque habrán pasado 20 minutos del toque de queda que establece el nivel 3 de alerta sanitaria en el que se encuentra la isla de Gran Canaria. Ni siquiera dará tiempo a ver el derbi al aire libre fuera de casa.

“No nos permiten estar dentro de los bares, con lo cual es imposible hacer quedadas. Además, el hecho de que tengamos que estar a las diez de la noche en casa hace inviable que lo puedas ver en la terraza de un bar. A todo reventar, la primera parte, pero la gran mayoría lo seguirá desde casa”, aventura, por su parte, César García, presidente de la federación de peñas de la UD Las Palmas.

Ante este panorama, tal y como sucedió en la primera vuelta, el derbi se verá desde el sofá, aunque seguramente con menos expectación por la situación deportiva de ambos equipos, ubicados en el centro de la clasificación sin aspiraciones por arriba y sin preocupaciones por abajo.

Aeropuerto y hotel

El apoyo a los futbolistas de la UD llegará de manera puntual y casi individual. Cabe recordar que el pasado mes de noviembre los seguidores amarillos más animosos acudieron a la ciudad deportiva de Barranco Seco a esperar la salida de los coches de los jugadores de la UD tras el último entrenamiento antes de la cita. Ataviados con bengalas, bufandas y banderas de Las Palmas, y también con mascarillas, alentaron a la plantilla mientras respetaban la distancia de seguridad. A dos días del choque, fuentes del club informaron a este medio de que no les consta que vaya a haber una nueva quedada.

Tanto José Manuel Ramírez como César García aseguran conocer a algunos aficionados amarillos que viven en Tenerife y que tienen la intención de acudir al aeropuerto de Los Rodeos el domingo, horas antes del encuentro, a recibir a la expedición de la UD. Al mismo tiempo, alguno tiene pensado acercarse al hotel céntrico en el que comerán y descansará los futbolistas, pero no más.

Al asalto sin la marea amarilla

La estampa del desembarco de la marea amarilla en el Puerto de Santa Cruz de Tenerife deberá esperar, como mínimo, a la temporada que viene. No habrá encuentro en Agaete, ni travesía por el Atlántico ni caminata por las calles de la capital chicharrera hasta el Rodríguez López. Los estragos de la pandemia lo impedirán.

No le fue mal a Las Palmas el verano pasado, cuando se impuso al cuadro blanquiazul por 1-3 con las gradas vacías, pero la historia es diferente. En el último derbi oficial en el Heliodoro, el 7 de septiembre de 2019, la afición de la UD agradeció con una pancarta enorme –como refleja la imagen principal de este reportaje– el apoyo de todos los canarios tras los incendios que asolaron la isla redonda. El domingo, el color de ese lugar será el azul de las butacas.

En la imagen principal, los aficionados de la UD ubicados en la grada Herradura del Heliodoro animan mientras se lee una pancarta en agradecimiento a los canarios por su apoyo tras los incendios en la isla redonda. A la izquierda, dos estampas de seguidores de Las Palmas durante el trayecto a pie hacia el Rodríguez López. |

El toque de queda impide acabar el partido en un bar


La hora de comienzo del derbi entre el CD Tenerife y la UD Las Palmas, previsto para las 20.30 horas de pasado mañana, impedirá a los aficionados de ambos equipos ver el término del partido en la terraza de un bar. El motivo no es otro que el toque de queda, fijado a las 22.00. Toda vez que el encuentro concluirá alrededor de las 22.20, siempre y cuando no sucedan circunstancias imprevistas, será imposible presenciar el tramo final del choque fuera de casa. Además, cabe recordar que Gran Canaria se encuentra en el nivel 3 de alerta sanitaria y los bares tienen prohibido servir en espacios cerrados, por lo que la única posibilidad de los seguidores amarillos de ver al menos una parte del derbi en un establecimiento que cuente con mesas fuera. Ante este panorama, los peñistas de la UD aseguran que la gran mayoría de aficionados verá el duelo desde sus casas. | P. F.

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