La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La parroquia amarilla regresa a casa a medio gas

La afición de la UD se muestra entre ilusionada y precavida con la vuelta al estadio tras 18 meses de ver fútbol en pantallas

La parroquia amarilla regresa a casa a medio gas

El día ha llegado. Tras casi 18 meses desde el último partido con público en el Estadio de Gran Canaria (el empate a uno ante el Málaga del 28 de febrero de 2020), la parroquia amarilla vuelve al feudo de la UD Las Palmas para el partido que inaugurará la temporada 2021-2022 ante el Real Valladolid. Y lo hará en medio de la quinta ola de la pandemia atacando Canarias y bajo unas estrictas medidas de seguridad para entrar al recinto de Siete Palmas que la mayoría de la hinchada considera necesarias y justas tal y como se encuentra actualmente la Covid-19. Pese a la incertidumbre y que el ambiente estará a medio gas, la ilusión y alegría por el regreso al fútbol en directo han impulsado a que las cifras de venta de abonos se encuentren ya por encima de los 9.000.

Si en algo coinciden la mayoría de hinchas de la UD es en destacar que su vuelta al Gran Canaria impulsará al equipo a realizar mejores actuaciones y plantarle cara a sus rivales. Y es que el apoyo de la afición amarilla siempre ha llevado en volandas al equipo, y es algo que reconocen sus adversarios, que temen lo que llaman el "infierno amarillo" por su capacidad para decantar del lado local los partidos más igualados. Un océano que se volcará con la plantilla para su debut liguero hoy, pese a no poder llevar animaciones, banderas o pancartas móviles (las que habrá, se tendrán que instalar antes del partido y no se podrán mover).

Pese a ello, hay algunas personas que han decidido no regresar al estadio por el momento, priorizando su salud por encima de su amor por el equipo. Es el caso de Gladys Lorenzo, presidenta de la peña Cicovic y una de las más fieles y veteranas abonadas de la UD, tal y como refleja el número 168 de su abono. "Yo ya no soy una niña, y también soy de alto riesgo, y después de haber estado cuidándome todo este tiempo, no quiero echarlo todo a perder", apunta, aunque sí asegura sentirse muy feliz por que se intente que haya público de nuevo en el estadio, ya que, asegura, "la salsa de todo deporte es la afición". Lorenzo es conocedora del ambiente que se vive en un partido de fútbol y lo complicado que es mantener las distancias cuando tu escuadra marca gol y todavía no ve que la situación sea segura para ello por muchas medidas que se tomen.

La mayoría de la hinchada destaca que la vuelta al Gran Canaria va a impulsar al equipo a realizar mejores actuaciones y plantarle cara a sus rivales, porque el fútbol no se entiende sin la afición detrás animando

decoration

Al otro lado de la veteranía de Gladys Lorenzo, se encuentra Juanma Tapia, que irá al Estadio de Gran Canaria por primera vez. Natural de Sevilla, será la primera vez que entre al feudo amarillo, equipo por el que tiene gran simpatía, pese a que su corazón es de los colores verde y blanco del Real Betis. "Soy gran aficionado a Las Palmas y me gustaban Valerón, Rubén Castro y Pepe Mel", indica el andaluz, que reconoce la gran sintonía existente entre la UD y los verdiblancos, con quienes han compartido muchos jugadores y entrenadores a lo largo de la historia.

Un "coñazo" necesario

Un histórico de la UD, y presidente de honor de la peña Germán Dévora, es Juan Pérez, quien no piensa en otra cosa que no sea entrar de nuevo al estadio esta noche a las 21.00 horas para ver a su equipo del alma en directo, tras 18 meses de ver el "fútbol-teatro" de la televisión. Aunque, en su opinión, las medidas restrictivas que se van a implantar por seguridad en el campo harán que acudir se parezca bastante a verlo desde el salón de la casa. "Son un poco coñazo", reconoce, si bien no duda en que son "totalmente necesarias" para evitar un mal mayor como es la pandemia.

El hecho de tener que acudir dos horas antes al estadio para evitar las aglomeraciones y poder pasar los controles a tiempo para ver el inicio del partido, es otra de las cuestiones que molestan entre la parroquia amarilla. El propio Juan Pérez afirma que es algo que no le hace "mucha gracia". Por su parte, Joaquín Espinosa y su familia, natural de Fataga, ya gastan una media de tres horas por trayecto para llegar hasta el Gran Canaria cada fin de semana de encuentro, por lo que sumarle a ello las esperas en las puertas para medir temperatura, presentar certificados y demás se les hace un mundo. "Últimamente, solíamos ir en guagua, pero ahora mismo no sabemos qué hacer", lamenta. Gladys Lorenzo, en cambio, se pregunta que si ese tiempo previo a sentarse a las butacas es para evitar aglomeraciones y ordenar a la gente en sus asientos, sería también necesario para abandonar el recinto una vez concluya el espectáculo, por lo que, teniendo en cuenta que terminará hoy sobre las 23.00 horas, la gente podría estar llegando a su casa avanzada la madrugada.

En cualquier caso, y pese a reconocer que sí generan molestias, la hinchada está conforme con las medidas porque entiende que son la mejor forma de contener el virus y poder disfrutar de su pasión. Guacimara Sosa, presidenta de la peña Juan Carlos Valerón de Arguineguín y además sanitaria de profesión, cree que no hay excusa posible para verlas como demasiado restrictivas. "Ni protección de datos, ni nada, es la mejor decisión y me parece correcta porque está mirando por el bien de todos, porque aunque nos hayamos vacunado todavía sigue el virus rodando", asegura para luego añadir con preocupación que la población está siendo poco responsable con su protección frente al Covid.

También es generalizado el sentimiento de tranquilidad, pese a las circunstancias, de acudir al estadio con las máximas garantías para evitar la propagación del virus. Jaime Quintana, presidente de la peña Cumbre Amarilla, de Tejeda, defiende que, si él es responsable y el resto de aficionados son igualmente responsables, "no tengo que tener ningún peligro con las medidas de seguridad que se han implantado". Si bien conoce a muchas personas que no opinan igual que él y, aunque no lo llama reticencia en sentido estricto, sí que ve cierta "tristeza social" entre la población que hace que vean el volver al Gran Canaria con "un poco de extrañeza". "Nos gusta volver al estadio, pero en general las prioridades de la gente son otras: el trabajo, que remonte la salud económica, que se pueda llevar una vida normal o la recuperación de personas que puedan estar en cuarentena", agrega.

Por su parte, el presidente de la peña UDLP Virgen de Guía, Alfonso Troya, dice que esos recelos se notan más entre la gente mayor "porque la situación sanitaria no está nada clara". Sin embargo, eso no se refleja en el número de abonados para la próxima campaña, que ya superan los 9.500, para sorpresa y alegría del propio Troya. "Creo que hay dos factores importantes: por un lado, el querer volver a pasar ese ratito, que es un desahogo y para encontrarte con otros peñistas, amigos y conocidos; y por otro lado, porque creo que este año, aparentemente, el equipo está bastante bien confeccionado, o da la impresión por los resultados de pretemporada, aunque son siempre engañosos, pero sí que parece se están haciendo las cosas con mucha cabeza", explica.

Por ello, y aunque sea todavía a medio gas, el Estadio de Gran Canaria volverá a lucir como en las grandes ocasiones para celebrar esta vez no un ascenso o una salvación 'in extremis', sino la vuelta de su fiel afición al feudo amarillo. Y seguro que los jugadores sobre el césped lo notarán. El 'pío, pío' está de vuelta.

Compartir el artículo

stats