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La difícil situación de Unai Veiga: ‘culpable’ por no querer salir y olvidado

García Pimienta ya advirtió el domingo

que «va a ser complicado que pueda jugar»

Unai Veiga, en una jugada contra el Cartagena. La Provincia

La UD Las Palmas, que no pudo sacar en el mercado invernal a ninguno de los jugadores que pretendía, Unai Veiga y Maikel Mesa, porque los dos se negaron a hacerlo, sí tuvo la posibilidad de dar de baja en enero al portero Álvaro Valles, sin embargo, la dejó pasar.

El meta sevillano llevó a la entidad una oferta del Charlotte FC de Estados Unidos, equipo en el que milita Sergio Ruiz, pero el club la rechazó. No quiso, en definitiva, dejar salir al suplente de Raúl Fernández pese a que termina contrato a final del presente curso y ya es libre de negociar con cualquier otro equipo.

Los motivos para la declinación de la oferta fueron varios, pero sobre todo tres: que la cuantía económica que ofrecía el club estadounidense no era lo suficientemente buena como para que la UD dejara la plantilla sin portero suplente y, en consecuencia, tuviera que tirar del filial Alfonso Liceras; que el andaluz ha rechazado al menos una propuesta de renovación por parte de la entidad amarilla; y que el Charlotte, después del intento que hizo Las Palmas por retener a Sergio Ruiz, ya no es un club amigo.

Cabe recodar que el entrenador del conjunto americano es el grancanario Miguel Ángel Ramírez, que en los últimos meses defendió en todo momento el regreso de Sergio Ruiz al equipo tal y como estaba estipulado: a principios de enero.

Sin Valles, el futuro de la portería pasa por Raúl Fernández y Álex Domínguez, que regresará tras su cesión en la UD Ibiza, donde ya es titular.

No corren tiempos fáciles para Unai Veiga, que si bien finalmente consiguió lo que quería, que era seguir en la UD Las Palmas y no marcharse cedido en el mercado de invierno, se le presenta un futuro nada halagüeño, pues no cuenta a nivel deportivo pese a que fue el primer fichaje que anunció la entidad amarilla el verano pasado, cuando presumió incluso de tener cerrada su incorporación desde hacía meses.

Lo dijo Xavi García Pimienta, el jefe actual del jugador, nada más acabar el partido del domingo pasado frente a la Real Sociedad B. «Es cierto que es un chico que no ha participado mucho y yo puedo entender que si él decide marcharse sería lo lógico, porque no ha tenido minutos y va a ser complicado que pueda participar», dijo. Sin embargo, la realidad es que estaba firmemente convencido de quedarse a pesar de no tener protagonismo y de las propuestas de salida que le ofreció el club.

Pese a que el nuevo entrenador fue el último en referirse al vizcaíno, su descarte venía de lejos. Ya tanto Pepe Mel como Luis Helguera habían hablado con él desde hacía semanas para comunicarle que querían buscarle una salida en enero con un objetivo doble: que pudiera disfrutar de los minutos que no iba a tener en la UD en otro equipo y hacer hueco en la plantilla para realizar algún esfuerzo más –finalmente sólo llegaron Hernani y Rober–.

Por esto último, a Unai Veiga, aunque todos entienden que está en su derecho de no querer marcharse porque tiene contrato –como Maikel Mesa, el otro al que la UD pretendía sacar–, se le considera el culpable de haber impedido, por ejemplo, la llegada de Vitolo, con el que la UD tenía un acuerdo para su vuelta en el caso de que el vasco o el tinerfeño aceptaran salir.

No lo hicieron y no hubo fichaje de última hora. Y ahora, sobre todo Unai Veiga, al que le quedan dos años más de contrato, afronta una situación difícil.

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