Medio lleno, medio vacío

El punto de Ipurua, que dejó un buen sabor de boca, contrasta con el de Can Misses

Álvaro Lemos, perseguido por dos rivales de la UD Ibiza, ayer en Can Misses. | | LOF

Álvaro Lemos, perseguido por dos rivales de la UD Ibiza, ayer en Can Misses. | | LOF / Pablo Fuentes

Hay varias maneras de ver un punto. Si bien el de Eibar supo bien porque lo obtuvo en el campo del líder, por mucho que la UD fuera con ventaja de un gol hasta el minuto 80, el de Ibiza cayó mal, porque Las Palmas se dejó ir y abandonó Can Misses sin poder argumentar la injusticia para explicar el hecho de no conseguir la victoria y, en consecuencia, quedarse a cinco puntos del Real Oviedo, que marca la zona de playoff. Las Palmas ya no depende de sí mismo.

En este sentido, también existen varias lecturas del tramo final de curso, en concreto, de lo que queda: cinco jornadas. Por un lado, el cuadro amarillo sumó ayer su sexto partido sin perder, pero los dos últimos empates, uno bueno y uno malo, le ha alejado cuatro puntos de la zona de promoción, porque el conjunto carbayón no falla. Su racha es mucho mejor: cinco triunfos consecutivos y seis en los siete duelos precedentes –más un empate–.

Pero lo que más debe preocupar al equipo de Xavi García Pimienta es que su tendencia en los tres últimos encuentros a ido a la baja, incluido el del Amorebieta, que ganó gracias a un destello de calidad de Kirian, pero también con grandes dosis de épica, y la UD no está hecha para una heroicidad permanente que le solvente sus problemas. Por eso quizá ayer no apareció el santo de cara como en Ponferrada o ese mismo día frente al cuadro gallego.

Medio lleno, medio vacío

Medio lleno, medio vacío / Pablo Fuentes

Los isleños saltaron ayer al campo de Can Misses sin la urgencia de la victoria. No dieron la sensación de que necesitaban ganar sí o sí tras conocer que el Oviedo acababa de remontar, como hiciera la Ponferradina el día anterior, con dos goles en los minutos finales. Sólo con la apatía inicial quedó demostrado.

Pero como antes y ahora Las Palmas siempre ha vivido de la inspiración de sus jugadores buenos, más que de cualquier planteamiento, una genialidad de Jonathan Viera puso por delante al equipo antes del descanso. El de la Feria hizo todo: primero una apertura a la izquierda a Sadiku, luego otra a la derecha a Lemos, posteriormente un desmarque que el gallego vio a la perfección y finalmente un golpeo sutil con el que superar a Germán. Un señor gol.

Sin embargo, el equipo de García Pimienta volvió a demostrar que no sabe defender un resultado a favor. A veces ha ganado –como el día del Amorebieta o en Valladolid–, pero la mayoría no –como ante el Girona, el Eibar o el Ibiza–, por lo que necesita tener una ventaja considerable para cerrar un partido.

Medio lleno, medio vacío

Medio lleno, medio vacío / Pablo Fuentes

Porque hay una cuestión en la que la UD no mejora: las acciones a balón parado. Una vez más, el gol encajado llegó a la salida de un córner en el que ni Coco ni Raúl Navas, los dos centrales, vigilaron a Goldar, otro central que sumaba seis goles antes del choque. Directamente, no tuvo marcaje, lo que brindó al rival el tanto del empate.

Otras jugada simple, un centro al área en busca de una cabeza, significó la igualada del Eibar en Ipurua el Viernes Santo pasado. Aquel día Valles pudo haber salido de la portería apenas unos metros para que Fernando Llorente no tuviera vía libre para conseguir el segundo tanto del Eibar; ayer rectificó e impidió que el cuadro de Paco Jémez sumara más tantos.

El vaso medio lleno o medio vacío, el caso es que Las Palmas está más lejos del playoff y ya no depende de sí misma. Debe ganar los 15 puntos y esperar un pinchazo del Oviedo. Cuando sea.

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