Lo único que valía en la noche de viernes en Siete Palmas era ganar. No quedaba otra, pues la UD dejó los deberes para el final y sólo puede contemplar acabar en la sexta plaza y jugar el 'playoff' si suma los 15 puntos que quedan. Los primeros tres ya están en la buchaca, porque Las Palmas, no sin sufrimiento y agonía, ganó al Málaga (2-1) y cedió la presión al Oviedo y a la Ponferradina, que deben pinchar al menos una vez para que el cuadro amarillo vuelva a depender de sí mismo.

No hay manera de que la UD gane un partido de manera tranquila. Ganaba por 2-0 a 10 minutos del final y necesitó de una para milagrosa de Álvaro Valles en el 89' para que la temporada no se hubiera dado por terminada. Una vez más, el sevillano fue el salvador. Antes, Las Palmas había completado una gran última media hora de la primera parte en la que pasó por encima del rival, pero sólo se llevó como premio un gol, el décimo de Jonathan Viera. Luego, en la segunda, contuvo sin pasar apuros hasta que Jesé, que salió desde el banquillo, pareció sentenciar el choque. Habían caído en el olvido las ocasiones clarísimas falladas por Rober y Kirian, que se estrellaron con los palos, y Moleiro, pero este equipo prefiere vivir con el agua al cuello. Esta vez, los avatares estuvieron con los amarillos.

Introdujo Xavi García Pimienta tres cambios: Curbelo por Raúl Navas, Rafa Mujica por el sancionado Sadiku y Rober por Jesé. La segunda suplencia consecutiva del pichichi no fue esta vez por castigo disciplinario, sino deportivo, porque llevaba semanas desaparecido, en baja forma. Le tocaba ya probar como revulsivo. Enfrente, el argentino Pablo Guede, que dio un impulso al equipo cuando llegó hace tres jornadas, plantó una defensa de cinco con la clara intención desde el inicio de cerrar detrás y buscar una contra.

Tardó la UD un cuarto de hora en aproximarse con peligro a la meta de Dani Martín. Fue gracias a un balón filtrado por Kirian a Viera que el '21' entregó a Rafa Mujica para que este disparara con la zurda, colocado, pero con tan mala suerte que la pelota tocó en la punta de la bota de un defensor y rozó el poste derecho por fuera. La acción sirvió para el despegue del equipo amarillo, espoleado por un Moleiro eléctrico, generador de pánico en la defensa malacitana. Gracias a una acción suya Lemos provocó minutos después la primera parada del portero, a un chut suyo desde fuera del área.

Ya activado, Las Palmas comenzó a presionar arriba, a atacar por el centro y por los costados. Tal torbellino de energía propulsó la acción rocambolesca del partido: un doble poste, primero de Rober, que falló solo delante de Dani Martín después de otro gran pase de Moleiro, y luego de Kirian en el rechace (22'). Fue la antesala de un gol que ya se avecinaba.

Sucedió en otra jugada vertical, directa, tanto que con el pase de Coco avanzaron como flechas hacia el área hasta cinco amarillos. Uno de ellos fue Kirian, que desde el costado derecho centró de primeras sin mirar, pero con intuición; otro, Jonathan Viera, que se valió de un ligero toque para acomodarse la pelota y colocarla con el interior de la bota izquierda al palo contrario. Un definición, esta sí, válida para el 1-0.

Todo iba sobre ruedas: ventaja en el marcador, jugadores enchufados, rival tocado y público entregado, nuevamente entusiasmado con el “sí, se puede”. Sólo un desajuste antes de la media hora de juego por el lado de Lemos y Coco provocó un susto de verdad para la UD en toda la primera parte. Vadillo percutió desde la izquierda y avanzó hacia la portería de Valles con determinación, aunque algo escorado, tanto que su disparo con el interior en busca del poste más lejano se marchó fuera por el poco ángulo que tenía.

Llegó más el Málaga, sin claridad, pero tanto como para que quedara comprobada una vez más la enorme fragilidad defensiva de un equipo capaz tanto de dominar y someter al rival como de autoflagelarse. Como cuando Moleiro falló una ocasión que habría sido imperdonable de no ser por el partidazo que acababa de completar en 45 minutos. En el ocaso del primer tiempo, en un contragolpe surgido de un córner del rival, Jonathan Viera tiró de escuadra y cartabón para brindar un pase en profundidad que dejó solo al tinerfeño frente al portero. La definición fue pésima: interior del pie derecho demasiado abierto y balón fuera.

La UD sólo debía seguir el mismo plan en el acto final, con los matices de cerrar mejor detrás y machacar delante, para cumplir su primer objetivo. El Málaga, por su parte, desterró el 5-4-1 para abrazar el 4-4-2 con la entrada del centrocampista Febas por el central Peybernes en busca del gol, por el que luchó mucho más que Las Palmas en el tramo inicial. Debió de afectar a Moleiro haber fallado lo que falló, porque su primer intento de regate salió rana y frenó una acción de peligro, y porque un mal pase suyo hacia atrás derivó en un disparo lejano de Vadillo que Valles rechazó. Era su primera parada (55'). Poco después, Maikel entró por el joven internacional sub 19, lo que desplazó a Viera a la banda izquierda.

El partido estaba en zona peligrosa. Pasaban pocas cosas, y en tales circunstancias la UD no suele encontrarse cómoda. Sin balón, cada aproximación del Málaga, por inocente que fuera, despertaba la zozobra en la grada. No fue hasta superada la media hora cuando los amarillos, impulsados por Lemos desde la derecha, y por el aire fresco que aportó Maikel, se dejaron ver por el área rival. La misión era encontrar el segundo gol, el de la tranquilidad, porque si no el sufrimiento iba a estar garantizado.

Por eso introdujo García Pimienta a Jesé y Benito por Raja Mujica y Rober (69'). Más velocidad arriba.El nuevo tridente pasó a ser Viera por la derecha, Jesé por el centro y Benito por la izquierda, y aunque el primero que lo intentó fue Kirian desde fuera del área (71'), una arrancada del aldeano por la izquierda acabó en un centro adelantado que el de La Feria no supo aprovechar: tiró de primeras a las manos del meta. La peor elección. Guede también movió ficha y mandó a su equipo al ataque con la entrada de Sekou Gassama y Paulino. Se avecinaba un cuarto de hora final de ida y vuelta.

El primero que dio fue Las Palmas, que se aprovechó de un regalo de Jozabeb para crear una ocasión, sólo que volvió a tirarla por la borda. Viera condujo y regateó hasta que regaló el gol a Kirian, quien, exhausto, golpeo flojo y fuera. Fabio entró por él de inmediato. Pero como Jozabed seguía empecinado en dar sin pedir nada a cambio, otra mala entrega suya acabó en Benito, quien entregó a Jesé en la frontal del área y este, con un disparo seco, abajo, por el palo más cercano marcó el segundo (79'). Efectivamente, funcionó como revulsivo.

No iba a ser definitivo, porque la UD no puede vivir con tranquilidad un partido. Febas, después de una pared por el lado de Lemos y Coco, batió por bajo a Valles y despertó al pánico. Quedaban cinco minutos más el añadido, llenos de dominio visitante. Tanto que Las Palmas tuvo que recurrir a un milagro cuando el portero sevillano rechazó con los pies en la misma línea de gol un cabezazo de Roberto en el minuto 89. El santo estaba de cara.

Ficha técnica.-

(2) UD Las Palmas: Valles; Lemos, Coco, Curbelo, Cardona; Mfulu, Kirian (Fabio, 77'), Jonathan Viera; Rober (Benito, 70'), Rafa Mujica (Jesé, 70') y Moleiro (Maikel, 61').

(1) Málaga CF: Dani Martín; Víctor Gómez, Genaro, Lombán, Peybernes (Febas, 46'), Cufré; Brandon (Sekou Gassama, 73'), Ramón (Casado, 73'), Jozabed, Antoñín (Paulino, 73'); y Vadillo (Roberto, 84').

Goles: 1-0.- (24'): Jonathan Viera; 2-0.- (79'): Jesé; 2-1.- (85'): Febas.

Árbitro: De la Fuente Ramos (C. Castellanoleonés). Expulsó al visitante Víctor Gómez por doble amarilla (89'). Además, amonestó al local Mfulu y al visitante Cufré. En el VAR estuvo González Esteban (C. Vasco).

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 38 de LaLiga SmartBank, disputado en el Estadio de Gran Canaria ante 10.664 espectadores.