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Los 'playoff' de la UD Las Palmas: decepción, tragedia y subidón

En su primer ‘playoff’, en el curso 2012-13, la UD cayó frente al Almería en la prórroga | Al año siguiente, el Córdoba provocó el drama | En 2015, Araujo llevó a Las Palmas a Primera

Decepción, tragedia y subidón

Cuarto playoff, cuarta agonía, cuarta esperanza. En la duodécima edición de la promoción de ascenso con el formato actual, nacido en el curso 2010-11, la UD Las Palmas busca un nuevo ascenso a la Primera División, el sexto en toda su historia, en dos eliminatorias de las que sólo una vez salió victoriosa en ambas, en la temporada 2014-15, en aquel mágico 21-J de la remontada frente al Real Zaragoza. Fue el gran subidón amarillo, que el año anterior había sufrido una tragedia en su propia casa en el famoso Cordobazo y hacía dos había padecido su primera decepción, en Almería.

Decepción, tragedia y subidón

Aquella campaña, la 2012-13, la UD, dirigida entonces por Sergio Lobera, un entrenador joven desconocido en el mundo del fútbol, completó una buena fase regular aunque manchó su imagen en el tramo final, tanto que dependía de sí misma en la última jornada para clasificarse y perdió, en Murcia, pero como la Ponferradina también pinchó –en Lugo, para el que el examarillo Mauro Quiroga marcó dos goles–, logró acabar sexta, con 66 puntos.

Decepción, tragedia y subidón

Su rival en el primer playoff, que cumplía su segunda edición, fue el Almería, que finalizó tercero, con 74 unidades, y que a la postre sería el tercer equipo en ascender. En aquella semifinal, Las Palmas logró empatar en la ida el gol tempranero de Aleix Vidal gracia a otro de Thievy en las postrimerías del choque. Ya en los Juegos del Mediterráneo, el cuadro isleño forzaría la prórroga con un tanto de Chrisantus también en el tramo final, sin embargo, en el momento decisivo, Charles, que ya había marcado uno, decidió el encuentro y frustró a los amarillos.

La caída supuso una decepción, pero Las Palmas se repuso y fijó como objetivo del curso siguiente una nueva clasificación para la promoción. También con Lobera, que mantuvo al equipo arriba hasta que comenzó a desinflarse con una derrota en casa ante el Recreativo de Huelva en la antepenúltima jornada (2-3) y Miguel Ángel Ramírez optó por la destitución.

El sustituto fue Josico, que si bien perdió en su debut en Mallorca, logró meter al equipo en la sexta plaza –63 puntos–. Con la misma suerte que el año anterior, sólo que en esta ocasión no dependía de sí mismo. Los isleños ganaron su partido frente a la Ponfe con un gol de Asdrúbal en el minuto 89 después de remontar dos veces (3-2) y de benefició del los tropiezos del Recre y del Córdoba, que dependían de sí mismos, aunque los nazaríes finalmente se clasificaron como séptimos –el Barça B quedó tercero y no participó en el playoff–.

Veteranía

En las semis, con la experiencia del año anterior y el factor campo en contra, eliminó al Sporting de Gijón con dos victorias, ambas por 1-0, primero en el Gran Canaria con un tanto de Aranda y después en El Molinón con otro de Asdrúbal. La despedida del estadio del Sporting fue con un corrillo liderado por Juan Carlos Valerón, capitán y líder motivador de un equipo que iba a afrontar su primera final.

El rival fue el Córdoba, que dio la sorpresa y eliminó al cuarto, el Real Murcia. Lo positivo para Las Palmas era que la vuelta la jugaba en casa. Tras el empate a cero de la ida en El Arcángel, todo estaba preparado para la fiesta, tanto que un gran numero de aficionados comenzó a saltar de la grada hacia las pistas de atletismo –hoy ya no existen– para rodear el campo y celebrar antes de tiempo, porque a pesar del 1-0 que había marcado Apoño, quedaban minutos por delante, los suficientes como para que Uli Dávila, en la última jugada del partido, provocara la tragedia en Siete Palmas (1-1).

El gol mortal de aquel 22-J de 2014 que privó a los amarillos de un ascenso que tenía al alcance de unos segundos fue el primer paso hacia la Primera División la temporada siguiente, ya sin Josico, sino con Paco Herrera, un entrenador que tuvo a su disposición a una plantilla diseñada esta vez para el ascenso directo. La trayectoria no fue un camino de rosas. De hecho, la UD no cumplió su misión, pero con seis victorias en los últimos siete partidos acabó cuarta, con 78 puntos, y volvió a tener el factor campo a favor en las semifinales del playoff.

El enemigo en esta ocasión fue el Real Valladolid, ante el que Las Palmas empató ambos encuentros, el primero en Zorrilla (1-1) con un gol de Araujo y el segundo en Siete Palmas (0-0). El tanto del Chino valió doble. Una vez más, el que había quedado por detrás de los amarillos se deshizo del tercero, el Girona, por lo que la UD iba a tener un nueva oportunidad de ascender en casa y redimirse del Cordobazo.

Lo hizo, aunque no sin sufrimiento, porque el 3-1 de la ida en La Romareda, donde Jonathan Viera había marcado el 0-1, obligaba a una remontada. La logró, gracias a un gol de Roque Mesa en la primera parte y a otro de Araujo en el minuto 83 provocó el estallido. El subidón de la UD.

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