Faltaba Jonathan Viera. Participará, según el club, en la cita del próximo lunes (21.00 horas) frente al Andorra en el Gran Canaria, pero para el choque de La Rosaleda ni siquiera estaba disponible para ayudar al equipo con unos minutos en la segunda parte. Sintió «molestias» que, finalmente y por fortuna, resultaron no ser una lesión y se quedó en Gran Canaria, lo que tuvo en el equipo una consecuencia que, lejos de traducirse en un drama, se convirtió en una bendición: Alberto Moleiro jugó donde más le gusta, como interior.
El tinerfeño rinde más por el centro que en la banda y lo demostró tanto en la pretemporada como ayer, día que eligió para ofrecer una de sus mejores obras como profesional. Lució el ‘10’ como el número requiere, con determinación, con calidad, con la fuerza del joven ha llegado para comerse el mundo.
Situado en el interior izquierdo, Moleiro fue imparable para el Málaga sobre todo en la primera parte, cuando lideró el juego del equipo por completo. La verticalidad que aportó vino de perlas a los amarillos, que buscaron más la portería rival y menos los pases. Eligió el ritmo que debía llevar el equipo y no se equivocó.
Su incidencia, además, se tradujo en ocasiones y también en goles. Primero disparó con la zurda desde fuera del área –Reina rechazó el balón–, luego lo hizo con la derecha desde dentro –el meta volvió a rechazar y Cardona no atinó a marcar el tanto– y finalmente dio su primera asistencia de la noche a Óscar Clemente, al que dejó solo para el 0-1.
Ya en el segundo acto, más vigilado y cansado, volvió a tomar el mando desde que Marc logró el segundo tanto tras una acción ensayada que salió a la perfección: pase en largo de Valles medido a la espalda del lateral derecho, carrera de Clemente y centro al área. Entre pases, carreras y manejo del tiempo, el tinerfeño volvió a brindar otro gol, está vez a Álvaro Jiménez, también de los mejores.
Luego fue sustituido por Marvin, a ocho minutos del final, y vio desde el banquillo el estreno goleador del extremo. Había hecho más que suficiente. Ayudado de forma magistral por un inconmensurable Loiodice, y cubierto por Mfulu, lució su mejor versión.
El lunes, con el regreso de Viera, volverá a la banda, donde no brilló ante el Zaragoza. Pimienta no ve a los dos genios como interiores al mismo tiempo. Con el ejemplo de ayer, quizá se lo replantee.
