Bombas y 'Emenikes' en Primera

La UD, en su último periplo en la categoría reina de tres cursos, hizo 33 fichajes para bajar sin gloria ante solo 6.362 fieles en Siete Palmas | Contaba con 100 millones de ingresos

El delantero nigeriano Emmanuel Emenike, el 3 de febrero de 2018, durante su presentación como último refuerzo del mercado invernal de la UD Las Palmas.  | | LP/DLP

El delantero nigeriano Emmanuel Emenike, el 3 de febrero de 2018, durante su presentación como último refuerzo del mercado invernal de la UD Las Palmas. | | LP/DLP / Paco Cabrera

Paco Cabrera

Paco Cabrera

Tirar de billetera no es garantía de gloria. Es el diablo. Asegura el cementerio en la UD. La dirección deportiva amarilla se maneja mejor en el reino del ingenio y la austeridad. Los fichajes de Pedro Bigas, Javi Varas, Willian José, Míchel Macedo o Prince Boateng, en el último ciclo de Las Palmas en la liga de las estrellas, lo atestigua. La fórmula del éxito pasa por huir del delirio y la precipitación de las operaciones de Emenike –vino lesionado–, Jairo, Gil, Matías Clavagallinas o Ezekiel. Para huir de la quema del descenso y con Paco Jémez en el banco, en 2018 se tocó fondo –al pozo con solo cinco victorias, siete empates, 26 derrotas, 24 tantos a favor y 74 en contra–.

«Con Emenike cometimos una cagada muy gorda», valoró Jémez sobre el alta del punta nigeriano

A 71 días del inicio de la competición del glamour –12 de agosto–, los gestores amarillos se miran al espejo. Aprender del pasado. El fantasma del descenso de la 17-18, con un informe contable récord de 100 millones en el capítulo de ingresos, es la mejor prueba de fuego. Tomar nota del ciclo del disparate. Del 21 de junio de 2015 –fecha del sexto ascenso a Primera– al 22 de abril de 2018 –fecha del hundimiento– laten 33 operaciones. En tres temporadas, la UD fue mutando hasta perder el rumbo. Desfigurando sus señas de identidad. Ante la SD Huesca en Copa del Rey, formó de inicio con nueve grancanarios –Raúl Lizoain, David García, Aythami Artiles, Tyronne, Dani Castellano, Hernán Santana, Tana y Asdrúbal Padrón– el 20 de diciembre de 2016 y con Quique Setién en el banquillo. Bajo el ciclo preparador cántabro (desde octubre de 2015 a junio de 2017), se dio la circunstancia de contar con diez canarios en el césped.

El 6 de mayo de 2018, con Paco Jémez en el banquillo, la UD se medía al Getafe en el Gran Canaria sin un jugador de la tierra en el once titular. No había precedentes en Primera desde la 2000-01 con Sergio Kresic.A la pérdida de identidad, se suma los volantazos en al búsqueda del estratega. La marcha de Quique Setién precipitó el caos –al término de la 16-17–. El ciclo en Primera de amarillo se comenzó con Paco Herrera, que apenas duró ocho partidos. El técnico del ascenso ya estaba sentenciado desde la pretemporada. Llegó el cántabro y se alcanzó la excelencia. Un fútbol de quilates y la generación de oro, comandada por Jonathan Viera, que acabaría debutando en la Selección, como director de orquesta. Dos salvaciones (2016 y 2017) y un adiós que fue radiado. El culebrón de la renovación más larga del mundo. Ese Falcon Crest, abrió la puerta del ciclo disparatado y con el mayor presupuesto de la historia.

Vestido de camuflaje

Setién dejó la Isla en su intento de edificar una UD profesionalizada y de vanguardia. Reclamó su trozo del pastel para fichar y fichar. Finalmente, el poder recayó en la dirección deportiva y la presidencia. Con la renuncia del cántabro –ficharía por el Betis–, faltó agilidad y clarividencia para contratar a De Zerbi. Era el elegido para el cambio. Para el nuevo mundo en ese verano de 2017 de la falta de reflejos. El preparador italiano, ahora sexto en la Premier League con el Brighton & Hove Albion Football Club, y que se ganó los elogios de Guardiola, pintaba como una opción de lujo. El número uno de las quinielas de Toni Cruz y Luis Helguera. Del método exhaustivo y científico del ‘pequeño Guardiola’ a Manolo Márquez. El catalán llegó al primer equipo con Valerón de asesor –jubilado por Setién–.

Baile de entrenadores. Baile de fichajes. Vender a tu estrella (Viera) al Beijing a mitad de la temporada fue el epitafio. «Me tenía que haber marchado», valoró Jémez con el paso del tiempo. Márquez, Ayestarán, Paquito, el estratega del camuflaje y 17 contrataciones –ver cuadro–. Una película de terror, en una UD que nadó en una piscina llena de billetes de 100 euros. «Nos volvimos locos, cometimos errores», dijo Ramírez en el diván de la reflexión.

Chichizola, Calleri, Hernán Toledo, Ximo, Aquilani, Rémy, Tannane, Samper, la vuelta de Vitolo en el jet privado de la maldición...Cóctel diabólico. 48 horas antes del inicio liguero, Boateng anunció su vuelta a la Bundesliga. No dejó un céntimo. En la 18-19, en 2ª, con el segundo mayor tope salarial (19,2 kilos), con Toni Otero en la dirección deportiva (19 fichajes), casi desciende. Otra inversión imperial sin resultados.

Las Palmas casi baja con 19,2 millones de tope salarial y ahora, con 12,1, conquista el ascenso a Primera

Cinco años después del descenso en la apocalipsis Emenike, la UD besa la gloria con menos recursos que Alavés o Levante. Épico. Genera patrimonio e hizo historia con la venta de Pedri. Buscan diez fichajes low cost. «Nadie está por encima del proyecto»,pregona Ramírez. Es la vuelta a la mesura.

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Sandro Ramírez, delantero de la UD Las Palmas, que ya desde la próxima temporada será propiedad del club grancanario tras el pago de un millón a la SD Huesca -club que tenía los derechos federativos del pistolero-, ha sido nombrado por LaLiga como el Mejor Jugador del mes de mayo. El atacante del barrio de La Feria logró cuatro dianas ante Eibar (1), Villarreal B (1) y Cartagena (2) en el tramo crucial para conquistar el ansiado ascenso. El exjugador del Barça, Málaga, Real Sociedad, Sevilla, Valladolid, Getafe o Everton había manifestado que cambiaría todos sus logros -tiene una Champions y dos Ligas, así como jugar con Messi, Suárez o Neymar- por este vuelo de categoría. Aclamado y etiquetado como uno de los capos de la UD, tiene 157 duelos en 1ª con 27 goles. | P. C. 

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