La lavadora es uno de los electrodomésticos indispensables en todas las casas del país.

Debido a su importancia es fundamental que le demos un cuidado especial porque hemos de tener en cuenta que es uno de los más sensibles.

De hecho, la lavadora es una de las grandes desconocidas porque muchas personas piensan que, como es un artilugio que lava, también cumple esta función consigo misma.

Craso error porque la lavadora también requiere un cuidado concreto.

La lavadora recoge toda la suciedad de las prendas que tiene que lavar y está en estrecha comunión con los productos químicos que solemos utilizar para dejar limpia y perfumada la ropa, así que no es de extrañar que, aunque no la veas, acumule suciedad.

El elemento perfecto para limpiar la lavadora

La limpieza de la lavadora es una de las más sencillas de todos los electrodomésticos que hay en el mercado.

El producto más efectivo para llevar a cabo esta limpieza es el vinagre. Así lo han hecho siempre nuestras madres y abuelas sin tener que recurrir a la infinidad de productos que hoy en día tenemos a nuestro alcance en los supermercados.

Además, es muy fácil de llevar a cabo: tan sólo debes comprar una botella de vinagre, puede ser de vino, de manzana o de limpieza y si es de 2 litros, mejor que de uno, y echarlo tanto en el tambor de la lavadora como en los cajetines que distribuyen el detergente y el suavizante.

A continuación, deberás activar el lavado medio y, una vez termine, observarás como se ha conseguido eliminar la cal, arrancar los restos de jabón y desinfectar el tambor y los cajetines.