"Los niños socializan más tarde que las niñas"

Supernanny, el programa de televisión que conduce en Cuatro desde el 2006, ha convertido en un rostro popular a la psicóloga Rocío Ramos-Paúl (Madrid, 1971). Esta moderna Mary Poppins, capaz de corregir los problemas de conducta de los más jóvenes enseñando a los mayores "eso tan complejo que llamamos educar", posee su propia consulta, es esposa y madre, así que está "muy cerca de ese concepto de 'superwoman' que tanto estrés genera a las mujeres de mi generación".

A su juicio, es una cuestión de exigencia. "Cuando una mujer elige dedicarse a una profesión porque lo necesita para su desarrollo personal, debe rebajar el nivel de exigencia que le imponen la sociedad y ella misma. Por desgracia, se le reconocen los méritos laborales si se percibe que se desvive al máximo. Más que a los hombres, como si tuviera que demostrar que merece su puesto. Además, hasta hace poco -y aún ocurre-, una mujer que trabajaba fuera de casa era juzgada y a veces hasta se la consideraba mala madre.

Muchos de los problemas de la superwoman se resolverían pactando las tareas del hogar. Cada mujer debe hacer su proceso de ajuste y saber que no se puede llegar a todo. No se puede llegar del trabajo y ponerse a preparar el pastel de aniversario del niño: hay pastelerías. El problema es que se quiere compensar el sentimiento de culpa por no estar más con ellos. Es un problema de educación".

Afirma que las diferencias entre sexos podrían tener una base genética: "Es algo que aún se estudia". Las niñas, explica, suelen aprender a hablar y socializar antes y a emplearel lenguaje para resolver conflictos. "Los padres dicen que los niños son más brutotes: lo que ocurre es que llegan al lenguaje más tarde y, ante un problema, se pelean en lugar de hablar". Las niñas también desarrollan la ironía antes que ellos. "No está claro cómo influye el entorno. Sí parece que las mujeres valoran más lo emocional y el varón es más práctico. Ellos resuelven con rapidez, pero varían su decisión con más facilidad.

Esto no es ni mejor ni peor, sólo es distinto". Le gustaría que los hombres fuesen "más capaces de abrirse al discurso emocional. Por ejemplo, la mujer, cuando ama, deja que ese proceso remueva su vida; el hombre es más cauto y lo circunscribe al ámbito sentimental. Ojo, sienten igual, pero lo desarrollan de distinta manera. Él busca un hueco para ver a su chica. Ella lo encuentra, sí o sí", concluye entre risas.