El chándal de toda la vida se ha quedado anclado en la noche de los tiempos. Para ir al gimnasio o simplemente salir a correr por el barrio, las propuestas de moda son ahora, infinitamente más sofisticadas. Tanto que a veces cuesta distinguir las prendas deportivas de las prendas habituales.

De hecho, cada vez es más frecuente que las marcas textiles lancen líneas de ropa deportiva. Existe una prenda y un accesorio para cada actividad: correr, bailar, levantar pesas, hacer aerobic, pilates, yoga, running... cada una de ellas tiene sus códigos.

El denominador común son las mallas elásticos y los shorts deportivos, combinados con tops de tirantes. Este año regresan las camisetas amplias, muy en la línea de los años ochenta, que se mezclan con grandes bolsos en los que cabe todo el equipo, e incluso cazadoras de cuero para acudir al gimnasio perfectamente abrigadas.

Las sudaderas con capucha y los chalecos acolchados tampoco pueden faltar en el atuendo de todas aquellas que no quieren perder el punto elegante, ni siquiera a la hora de hacer deporte.

Las zapatillas de deporte son el perfecto ejemplo de accesorio que ha saltado las barreras de los gimnasios, hasta el punto de mezclarse con vestidos y abrigos de alta, como ha podido verse en las pasarelas parisinas. De hecho, muchos modelos son auténticos caprichos y soportan largas listas de espera para comprar.

Una de las claves para ser la más chic de la sala de pilates estriba en elegir colores clásicos, que combinan con todo tipo de prendas. Entre ellos no faltan el negro, el gris, el verde, el azul y el blanco, todo un clásico en materia deportiva. También conviene huir de estampados demasiado agresivos y tonos fosforescentes. Los tejidos lisos casi siempre resultan un acierto.

Cada cosa en su lugar

No hay nada como vestirse acorde con la actividad que se va a realizar. Para una clase de spinning los leggings pueden ser de ayuda. En cambio, para hacer musculación es mucho mejor optar por pantalones más flojos, al menos en la parte superior. Las camisetas deben tener el tamaño justo. Demasiado pegadas al cuerpo pueden resultar molestas, tanto como si son grandes en exceso. Los pies deben permanecer bien sujetos, de ahí que el calzado cerrado sea siempre la mejor opción. Las sandalias y las chanclas mejor dejarlas para otras ocasiones.