El grito interior retumba con fuerza en la cabeza a través de las imágenes que muestran el trabajo de 16 fotógrafas y fotógrafos de Senegal, Mali, Togo, Benín, Congo, Costa de Marfil y Guinea. Una exposición «cien por cien africana», como la describe su comisario, Mamadou Gomis, integrada en su mayoría por mujeres que buscan, por un lado, denunciar los distintos tipos de violencia que sufren las mujeres en sus países de origen y, por otro, reivindicar su identidad como profesionales de la fotografía.